En México, el 10 de mayo es una fecha muy significativa porque nos lleva a recuerdos llenos de añoranzas y cercanías con nuestras madres. Desde 1922, se ha convertido en el día más esperado por muchas familias donde la gratitud y la ingratitud buscan perdón.
Madres jóvenes
La primera infancia se colma de manualidades y festivales para festejar a quien dio vida y certezas de un amor incondicional. Sin embargo, el acontecimiento de dar vida se ha convertido para muchas mujeres, sobre todo adolescentes, en un laberinto de incertidumbre y desasosiego.
La maternidad temprana no es placentera, pues se encuentra atravesada por fantasmas que se manifiestan con culpa. La adolescente se siente perseguida. Se enfrenta a una psicosis, sus alucinaciones se convierten en realidades y su yo se ve comprometido con pulsiones de muerte. En ocasiones, la familia se convierte en su único refugio. Sin embargo, el contexto es amenazador porque sufren discriminación y rechazo social.
Diversos organismos gubernamentales han expuesto que dicho grupo de edad es vulnerable en nuestro país. El Consejo Nacional de Población (Conapo), a través de la Estrategia Nacional para la prevención del embarazo en el Adolescente (Enapea, 2015) destaca que en México viven 18.8 millones de mujeres y hombres de entre 12 y 19 años de edad. De ese total, 1.6 millones son madres adolescentes.
Los primeros encuentros madre-hijo integran el mundo interno y externo, pues además de las condiciones en las que se encuentran uno y otro, los factores tanto emocionales como ambientales determinarán toda su vida.
¿Cómo cambiar el panorama de una madre joven?
Uno de los objetivos que persigue mi tesis de doctorado es hacer visible esta problemática que afecta a una población tan desvalida, develar la crisis emocional por la que atraviesan y aligerar su dolor psíquico.
Ser madre es un privilegio de vida, sólo hay que crear las condiciones propicias para la plenitud de las madres y sus hijos.
Para saber más
Licenciatura en Comunicación Digital, Universidad Intercontinental.