Desde hace algunos años, la producción de uva ha cobrado gran relevancia en México, por lo que, cada vez, una mayor cantidad de tierras se destina a ese fin.
En México hay más de 30 mil hectáreas para ese tipo de cultivo, las cuales se ubican, principalmente, en Baja California, en el Valle de Guadalupe, para ser más precisos; en Aguascalientes; Chihuahua; Coahuila; Durango; Guanajuato; Jalisco; Nuevo León; Querétaro; Puebla; San Luis Potosí; Sonora, y Zacatecas.
El consumo de vino y la economía
Durante el último lustro, el consumo de vino en México ha aumentado de 450 a 950 mililitros per cápita. Sin embargo, la producción nacional sólo alcanza para satisfacer el 30 por ciento de la demanda interna.
Para cubrir la diferencia del consumo nacional, México ha generado facilidades de entrada para la importación de vino, tal es el caso de los vinos chilenos, gracias el Tratado de Libre Comercio con Chile que se firmó el 17 de abril de 1998 y entró en vigor el 1 de agosto de 1999.
En el caso de la economía chilena, el vino constituye un aporte significativo, al representar un .5% del producto interno bruto y emplear a más de 100 mil personas en trabajo directo, de las cuales, sólo un 53% trabaja en los viñedos (seguido por un 19% en logística, transporte y marketing, un 17% en bodegas, un 9% en envasado y un 2% en producción).
¿Como se exporta el vino de Chile?
Primero, se embotella el vino y se etiqueta; después, preparan las botellas para empacarlas y embalarlas para su transportación.
Se recomienda que las cajas lleven pictogramas específicos para la manipulación de la mercancía. Los más recomendables son los gráficos que indican la fragilidad del contenido, así como el cuidado con el que se debe manejar.
Algunos de los pictogramas son una copa, como símbolo de máxima delicadeza; dos flechas hacia arriba, para acomodar en esa posición la caja, y un paraguas, que indica que debe mantenerse en un lugar seco y protegido de la lluvia.
Una vez empacadas y embaladas las cajas de las botellas, éstas se acomodan en una tarima de madera, para una mejor movilidad y rapidez; posteriormente, se colocan en el transporte local.
Después, el transporte terrestre se dirige a una aduana marítima. El principal puerto marítimo es el de San Antonio, en Valparaíso, en las costas del Océano Pacífico, donde se lleva a cabo el proceso de exportación.
Más tarde, se carga el contendor en el transporte internacional, donde se sube al buque portacontenedores que se dirige a la aduana internacional de Lazará Cárdenas, en México. A su llegada se descargará para ubicarlo en el contenedor del transporte, que lo llevará a los puntos de entrega para el consumo final del producto.
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