Con base en las necesidades actuales en materia de envejecimiento, el 16 de diciembre de 2020, el Sistema de las Naciones Unidas anunció que entre 2021 y 2030 será la década del envejecimiento saludable. Uno de los objetivos principales de este pronóstico es que los adultos mayores alcancen una vida más saludable en todos sentidos.
Para lograr dicho objetivo y con base en este organismo, se trabajará en cuatro ámbitos de forma prioritaria:
- Percepción de la vejez,
- Fomento de la capacidad funcional de la persona mayor,
- Atención integral de este grupo etario tomando en cuenta las necesidades individuales y
- Acceso a la salud.
Los adultos mayores y la población
En nuestro país, los adultos mayores ascienden a 15.4 millones, de los cuales casi el 70% trabaja de manera informal (Inegi, 2022). Esto refleja la necesidad de fomentar la inclusión laboral, aunque no será sencillo si en la población prevalecen Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT).
Si se logra una buena calidad de vida, la vejez dejará de concebirse como una edad con limitaciones, retiro, declive o como sinónimo de enfermedad. Así que para lograr una buena vida, también se debe cuidar la salud cerebral y eso conlleva conocer lo que ocurre con el paso de los años. En las llamadas zonas azules (Stern, Barnes, Grady, Jones y Raz 2019), se ha investigado cómo la expectativa de vida actualmente rebasa los 100 años (ciertas regiones de Grecia, California, Costa Rica, Japón y España). Asimismo, se ha encontrado que la calidad de vida se ha traducido a su vez, en una buena salud cognoscitiva. Si el envejecimiento se asocia a limitación, retiro o declive, se olvida que las metas continúan en la vida profesional, personal y afectiva, pues en esta etapa continúan proyectos.
Expectativa de vida en Latinoamérica
En Latinoamérica (Inegi, 2023), la expectativa de vida es aún mucho menor, sin embargo, para la población infantil que actualmente nace, la expectativa de vida se proyecta a 100 años. El cuidado temprano de la salud cognoscitiva, permitirá entonces, no sólo realizar intervenciones oportunas, sino también involucrar a todas las profesiones para propiciar el cambio, tomando en cuenta tanto los factores protectores como de riesgo.
¿Cómo es la vida para los adultos mayores?
La vejez es dinámica, heterogénea, individual y se tiende a medir ya no por la edad cronológica sino fisiológica y, si bien el proceso de envejecimiento se verá influido por diferentes factores como los hormonales, genéticos, metabólicos, ambientales, entre otros, todavía hay mucho por hacer.
En etapas de vida avanzada, el trabajo cerebral aumentará las conexiones cerebrales, se potenciará la plasticidad, la adaptación al cambio y las personas podrán seguir insertas y activas, inclusive si hay presencia de ciertas condiciones.
Depende de cómo se haya vivido, se reflejará la calidad del envejecimiento. Es decir, si hubo excesos, consumo de sustancias, alcoholismo, mala higiene del sueño, dieta inadecuada, pobre red social y familiar, principalmente, el resultado será diferente. La estimulación cognoscitiva, los retos para el cerebro, la vida intelectual, afectiva, buenos vínculos familiares, así como el trabajo permitirá seguir adelante con el predominio del envejecimiento primario.
¿Qué estamos haciendo ahora?
Las actividades que propicien mantener la atención, concentración, memoria, el alcance de metas en ciertas actividades, estrategias de estimulación constante, aumentará las conexiones cerebrales, para continuar activos a cualquier edad. Es por esto que, con base en los principios de la Andragogía (educación para adultos) el aprendizaje nunca cesa y, en la vejez, se cuenta con otros tipos de motivación y, se aprende con base en los propios intereses y necesidades durante toda la vida.
Para saber más
Debemos generar un cambio y conocer el valor de la salud física y mental de los adultos mayores para lograr una buena calidad de vida. Estudia el Diplomado en línea de La vejez: un abordaje integral y revaloricemos a los adultos mayores.
Educación Continua, Universidad Intercontinental.
De Juanas, Oliva, Á. y Rodríguez, A. (Coords.). (2019). Educación de Personas Adultas y Mayores. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Julián, M. A., Maldonado, H. y Degante, C. (2015). Educación y filosofía. Chilpancingo, Guerrero: Ediciones y Gráficos Eón.
Stern, Y., Barnes, C., Grady, C., Jones, R. y Raz, N. (2019) Brain reserve, cognitive reserve, compensation and maintenance: operationalization, validity and mechanisms of cognitive resilience. Neurobiology of Aging, 23, 124-129.