Los días 16 y 17 de marzo de 2017, visitó nuestra casa de estudios la réplica del icono de la imagen de la Virgen de Czestochowa, también conocida como Reina de la Victoria Invicta y Virgen Negra, el cual representa a la Virgen María con el Niño en brazos, que es la más venerada reliquia de Polonia y uno de sus símbolos nacionales, bendecida el 30 de enero de 2012, en Jasna Góra, para que peregrinara alrededor del mundo por la vida, la familia y la unidad de los cristianos.
Por tal motivo, se llevaron a cabo dos misas, una el día de la llegada de la Virgen de Czestochowa, presidida por el padre Juan Francisco Torres, MG, director general de Formación Integral, y otra, solemne, celebrada por el Vicario General de la Cuarta Vicaría Episcopal de la Ciudad de México, monseñor Antonio Ortega Franco, y concelebrada por varios de los Misioneros de Guadalupe encabezados por su Superior General, padre Raúl Ibarra, MG, en la Capilla Central del Seminario de Misiones Extranjeras.
Durante su homilía, el obispo Ortega Franco subrayó a los presentes que estaban ante una ocasión especial y los exhortó a ser fuertes como la serpiente, a guardar silencio, al igual que la Virgen; pero, también, a ser sencillos como las palomas y mencionó: “Sólo con el espíritu podemos ver el icono que implica la sencillez y la ternura que pertenece no a los débiles; sino a quienes levantan el vuelo: a los fuertes que tienen confianza en ellos mismos y, por lo tanto, en los demás y en las oportunidades que nos brinda la vida con una fe inquebrantable en Dios. Cristo quiere que siempre esté el icono femenino para darle sentido a nuestra vida”, aseguró. Asimismo, recalcó que la Virgen nos da el “vino” que nos falta: la esperanza, la ilusión y comentó que nuestra sociedad ha llegado a una escala de valores muy baja. Por último, dijo: “Que la Virgen sea modelo de vida, esperanza, ilusión, y que decidamos fuerte en la vida. Que la Virgen Santísima nos bendiga y nos dé fortaleza. Donde hay calidad y amor, ahí está Dios”, finalizó.
Antes de concluir, tanto el padre Torres como el padre Ibarra agradecieron a la señora Beatriz González y a su esposo por traer la réplica del icono de la Virgen de Czestochowa a la UIC, así como al rector de nuestra institución, maestro Bernardo Ardavín Migoni, por la iniciativa.
Por último, la señora González, en compañía de su marido, recibieron un reconocimiento de un matrimonio polaco por su labor de llevar a la Virgen a tantas regiones y rezaron un acto de entrega a la Virgen por las personas inocentes que mueren en el seno de sus madres, así como por los matrimonios y las familias.
Uno de los documentos más antiguos de Jasna Góra establece que la pintura viajó desde Jerusalén, vía Constantinopla, hasta llegar finalmente a Czestochowa en agosto de 1382. A la Virgen Negra, se le atribuye la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra de la invasión sueca del siglo XVII mediante el diluvio, que cambió el curso de la guerra. Este evento condujo al rey de Polonia, Juan II Casimiro Vasa, a coronar a Nuestra Señora de Czestochowa como Reina y Protectora de Polonia en la Catedral de Leópolis el 1 de abril de 1656.
Otra leyenda señala que la presencia de la sagrada pintura salvó a su templo de ser destruido por el fuego, aunque las llamas oscurecieron los pigmentos de la obra. La leyenda de los dos rasguños sobre la derecha del rostro de la Virgen Negra dice que un asaltante husita blandió su espada sobre la imagen y le infligió dos cortes profundos y que, cuando éste trató de infligir un tercer corte, cayó al piso y tembló en agonía hasta que murió. La leyenda cuenta que ha habido intentos de reparar los daños, pero estos vuelven a reaparecer una y otra vez.
La réplica del icono ha recorrido 250 países a lo largo de todo el mundo. En nuestro país, ha recorrido casi 25 mil kilómetros y su siguiente destino es Ecuador.