Así, expuso a los estudiantes que los Misioneros de Guadalupe han sido misioneros en Japón desde hace varias décadas; en especial, en la Diócesis de Sendai. Además, destacó la importancia de la prevención presentando un caso conocido como el milagro de Kamaishi en donde, gracias a las enseñanzas que un profesor impartió a sus alumnos, éstos pudieron salvarse de ser arrasados del tsunami junto con un número considerable de personas. A través de simulacros serios y repetidos, los estudiantes debían mecanizar las vías de escape a los refugios y saber qué papel individual y colectivo tenían que desempeñar en los planes de evacuación.
El 11 de marzo de 2011, en cuanto sonó la alarma, todos comenzaron a dirigirse a los lugares de evacuación previstos, a 5-10 minutos a pie de cada escuela, como habían hecho en los simulacros. Desde allí, observaron cómo el tsunami entraba en la ciudad y decidieron trasladarse hacia terrenos todavía más elevados. Durante la evacuación, cada alumno de secundaria tenía la responsabilidad de encargarse de uno más pequeño, de Primaria. Así, los 3 000 se salvaron.
Kamaishi es una ciudad de la costa del norte de Japón. Como otras, fue sacudida primero por un terremoto y barrida después por un el tsunami el 11 de marzo. De sus 39 mil habitantes, aproximadamente 1 200 fueron declarados muertos o desaparecidos.