El desarrollo de huertos comunitarios y la cultura ecológica, en la actualidad, han comenzado a impartirse en algunas escuelas primarias mexicanas. De manera gratuita, se distribuyen plantitas de acelga, cebolla y cilantro para que los niños las siembren. En la base de esta práctica, está el inculcar una mejor alimentación en la comunidad y la responsabilidad social.
En el blog Adopta un tomate, es posible encontrar interesantes testimonios de la práctica del cultivo personal.
Beneficios de los huertos comunitarios
Los huertos comunitarios ofrecen mayor beneficio a tu nutrición, por la ausencia de químicos y fertilizantes con efectos secundarios. Y es que, por fortuna, nuestra sociedad se ha concientizado acerca de la importancia de contar con alimentos saludables.
Frente al alud de comentarios negativos acerca de frutas y verduras que se comercializan en los supermercados, los huertos comunitarios brindan mayor seguridad. Quienes se ocupan del cuidado de estos espacios ecológicos se esmeran para obtener buenos resultados.
Pero los huertos no ofrecen sólo estos beneficios; también son ocasión de un crecimiento personal. Son una oportunidad para contactar con la naturaleza y, en consecuencia, disminuir el estrés cotidiano. Además, suscitan la socialización con otros miembros de los huertos; el compañerismo y el trabajo en equipo nos hace mejores personas.
Huertos comunitarios en la UIC
Conscientes de la importancia que el tema reviste, los estudiantes del 5° semestre de la licenciatura en Nutrición tienen a su cargo un pequeño huerto ubicado en el campus sur. Ellos forman parte de un proyecto que comenzó hace ya varias generaciones. En la actual, bajo la supervisión de la profesora Gema Arteaga, cultivaron lechugas que recientemente cosecharon.
Aunque los productos son para su consumo personal, la participación en los huertos comunitarios está abierta para quien esté interesado. Si éste es tu caso, puedes acercarte a la coordinación y preguntar cuáles son los requisitos.
Del artesano a las manos del consumidor
La preocupación por difundir la posibilidad de una vida más sana también ha tomado forma en eventuales exposiciones a las que se invita a pequeños empresarios. Quesos, mermeladas, nieves, salsas y panes elaborados de manera artesanal están a la venta para la comunidad universitaria. También se hallan productos de belleza sin químicos, derivados del amaranto y del nopal e incluso plantas vivas a precios muy accesibles.
El mensaje de este tipo de actividades es que todos debemos comprometernos a cuidar nuestro entorno de manera responsable. Sin embargo, ese cuidado debe comenzar desde nosotros mismos, y el punto de partida es el interior. No olvidemos que somos lo que comemos.
Origen de los huertos comunitarios
Segunda guerra mundial
Muchas voces coinciden en fijar el origen de los huertos comunitarios en la época de la segunda guerra mundial.
La precaria situación que originaron los conflictos bélicos orilló a la población a buscar formas para atender sus necesidades básicas. Entre ellas, la alimentación es, sin duda, la más importante de todas.
Por la complicación que representaba la importación de alimentos, dentro de las ciudades surgieron huertos para asegurar el consumo interno. Espacios destinados al esparcimiento o las actividades deportivas terminaron empleándose como campos de cultivo. Ésta fue la forma en la que se pudo asegurar el abastecimiento de víveres.
Movimiento hippie
Una vez concluida la guerra, los huertos urbanos adquirieron un nuevo cariz. Se mantuvieron sin cambio, pero con distinto estandarte. Ahora fue el movimiento hippie quien lo hizo suyo con dos propósitos básicos entrelazados. Entre otras causas, asumieron los huertos como un movimiento ecológico y, de paso, como una actitud contestataria. Las comunas de “los chicos de las flores”, la filosofía pacifista fue el marco propicio para fortalecer la agricultura ecológica.
La explosión demográfica y el deterioro ambiental
Tras la guerra, con la revolución sexual hippie y en respuesta natural ante la cercanía de la muerte, la población creció. Y le siguió la época del consumo masivo y el de lo superfluo. La explosión demográfica también detonó la explotación de los recursos ambientales.
Lo anterior, imprimió nueva fuerza a los huertos urbanos. Son hoy una vía para satisfacer necesidades básicas y mantener vivo el espíritu rebelde, esta vez frente a las grandes cadenas comerciales. Entre menos químicos, mejor. Y si es más barato, aún mejor.
Entonces, optar por huertos comunitarios es asumir una responsabilidad social y disminuir la huella ecológica de nuestro paso en la Tierra. Te invitamos a asumir el reto que esto implica.
Para saber más
Licenciatura en Arquitectura, Universidad Intercontinental. Disponible en: https://www.uic.mx/licenciaturas/division-ciencias-sociales/arquitectura/
Licenciatura en Mercadotecnia, Universidad Intercontinental. Disponible en: https://www.uic.mx/licenciaturas/division-de-negocios/mercadotecnia/
Licenciatura en Nutrición, Universidad Intercontinental. Disponible en: https://www.uic.mx/licenciaturas/division-de-la-salud/licenciatura-en-nutricion/
Adopta un tomate, blog, 4 de septiembre de 2018. Disponible en: https://adoptauntomate.blogspot.com/
DIF Aguascalientes inicia capacitación para huertos escolares, La Jornada, CDMX, 12 de octubre de 2018 [en línea], http://www.lja.mx/2018/10/dif-aguascalientes-inicia-capacitacion-para-huertos-escolares/
Qué es la permacultura en México, Disponible en: https://www.permacultura.org.mx/es/permacultura/que-es/