Al terminar el fin de semana, Mariana piensa en que al día siguiente irá a la universidad. A diferencia de otras jóvenes, la idea la anima.
Dos días de descanso suelen acompañarse de permisos en la comida, pero eso no le preocupa. El lunes comienza un régimen que le diseñaron en la Clínica de Nutrición. No desea bajar de peso, sino estar en buena condición para ingresar al grupo de animación. Además del compañerismo que ahí encuentra, las actividades la llenan de energía.
Camino a la universidad
Temprano, sale rumbo a la universidad. Aunque la distancia es corta, el recorrido es pesado: la gente, el tránsito, el ruido de los autos la abruman. Pero tan pronto llega y entra a la universidad, su ánimo se alegra. Sabe que está en un lugar privilegiado. La fresca y abundante vegetación, el canto de las aves, la reconfortan y preparan para iniciar sus clases.
Formación educativa
Pronto terminará su licenciatura, por lo que aprovechó para realizar su servicio social, tan pronto concluyó sus prácticas universitarias. En cuanto a su titulación, aún está pensando cuál opción de las que le ofrece la universidad elegirá. Entre ellas, estudiar un diplomado le parece bastante atractivo.
Pronto tendrá más tiempo libre para el coreano. No, el coreano no es su novio o un amigo. Mariana decidió tomar un curso intensivo de ese idioma, porque desea viajar a Corea. Antes, tendrá que informarse en Intercambio Académico, para saber qué otros requisitos deberá cubrir. “Hay tiempo”, piensa.
Salud, cultura, valores
Al salir de clases, corre a la Clínica de Odontología, a confirmar una cita para colocarse una resina. Tiene miedo —¿quién no teme al dentista?—, pero pronto lo olvida al escuchar a la Banda de Rock UIC.
En el concierto, coincidió con la encargada de Pastoral. Hacía tiempo deseaba verla para preguntarle si aún puede aportar algo para el viaje de campo misión en Semana Santa. Le responden que sí y eso le alegra el corazón. Desde su punto de vista, llevar víveres, ropa y enseñanza a las comunidades más vulnerables es una actividad muy loable.
Mirando al futuro
La tarde cae. Es hora de regresar a casa. Sin embargo, aún debe pasar a la biblioteca, para preparar su exposición del día siguiente. Pero le viene bien la vuelta, porque aprovechará para ver si ya salió la última revista de filosofía.
Al fin llega a casa. Su hermana sonríe al ver su semblante cansado. “Ánimo; ya falta poco para que termines la universidad”, comenta. “¿Poco?”, pregunta Mariana. “Te equivocas; quiero estudiar un posgrado, así que todavía estaré en la UIC un buen rato.”
En la penumbra de su recámara, Mariana evoca el día que termina. Y, antes de perderse en el sueño, piensa: “Quiero aprovechar mi universidad”.
Para saber más
Si tú, como Mariana, quieres aprovechar tu universidad, visita la página de la UIC y disfruta de sus múltiples beneficios.