Desde el piso 22, la Ciudad de México se extiende silenciosa hasta donde alcanzan a mirar los ojos. En el comedor de ejecutivos del corporativo HSBC México, sólo escucho el rumor de una fuente, mientras espero la llegada de una de las mujeres más poderosas de México, según la revista Expansión.
Me pregunto cuál ha sido el secreto del ascenso meteórico de Lyssette Bravo Valero. Ella es directora ejecutiva de Comunicación Externa para México y América Latina de este banco y es egresada de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Intercontinental (UIC).
Me interesa saber cuáles son sus principales desafíos y también el papel que ha jugado su formación universitaria en su vida profesional. Lyssette se acerca, al tiempo que bromea con la mesera encargada de atendernos durante la entrevista.
Del periodismo al manejo de crisis
Lyssette no es de las personas que se detengan ante lo adverso. Ha desarrollado toda su vida profesional dentro del sector privado, aunque desde que inició sus pasiones han sido el periodismo y el mundo financiero, sector al que se dedica desde hace nueve años.
Alcanzó la cima desde muy joven, y me narra cómo se dio cuenta de eso:
Estaba en Nueva York, en un taxi rumbo a Wall Street, mientras leía Barron’s, un periódico especializado en finanzas. Entonces me di cuenta que había cumplido mis metas muy rápido, porque eso lo había imaginado hasta después de los 40 años, pero sólo tenía 28.
Bravo es especialista en manejo de crisis reputacionales. Durante su gestión en HSBC, ha resuelto crisis importantes no sólo en nuestro país, sino también en Argentina, Brasil y Uruguay.
¿Cómo enfrentas situaciones de alta presión en tu trabajo?
En el manejo de crisis, necesitas mucha frialdad para poder actuar; no intervienen las pasiones, sino solamente la lógica. Además, debes pensar de manera inmediata: hacer double thinking, de manera muy breve y rápida.
El desafío de la equidad
Bravo tiene entre manos el programa de Liderazgo y Empoderamiento Femenino dentro de la institución en la que labora. Apenas tocamos el tema, nos explica:
Mi mayor reto en la actualidad es lograr la equidad de género, pero sin caer en el feminismo, porque no creo en él. Promuevo el crecimiento profesional en las millennials, las centennialls y también en mujeres mayores de 60 años. También me he propuesto encauzar el rol del hombre en la inclusión del empoderamiento femenino.
Ése es mi principal reto: apoyar la diversidad, inclusión y equidad de género en esta institución. Es importante empoderar a las mujeres, pero también a los hombres, porque muchos de ellos son tímidos y les da miedo levantar la mano para avanzar profesionalmente.
Cuando llegó a HSBC México, en el Comité Ejecutivo no había ninguna mujer; actualmente de 17 miembros, cinco son mujeres. De igual manera, en el Comité Ejecutivo de América Latina había sólo dos y hoy son cuatro. Más allá de que las mujeres hayan ganado terreno en todos los ámbitos, asegura que todavía existen muchos lugares donde los espacios son otorgados por cuotas de género.
Lo más importante es el talento de los seres humanos independientemente de cualquier otra circunstancia. Cuando hablo de empoderamiento femenino, me gusta decirles que no piensen si son mujeres u hombres, si tienen tal o cual preferencia sexual, si tienen este o aquel color de piel. Lo más importante es saber que son personas inteligentes, que tienen el poder de la información. Entonces puedes alcanzar todas tus metas.
Más que empoderar mujeres, me gusta empoderar talento. Hay veces que no sabemos o no creemos en nuestro talento y si tienes talento, lo tienes todo.
Cómo alcanzar lo que deseas
Desde muy joven, Lyssette quiso ser periodista, pero un amigo suyo le aconsejó estudiar una carrera que cubriera un espectro más amplio. Ahí fue cuando decidió cursar Comunicación en la Universidad Intercontinental. Su emoción se vuelve visible cuando le pido que recuerde sus años universitarios:
En 1987, estuve buscando universidad, pero cuando llegué a las instalaciones de la UIC dije “de aquí soy”. Hay cosas que te llaman. No sólo fue la cercanía de casa y sus instalaciones, sino que la UIC tiene algo que definitivamente te envuelve.
Intrigado por su impresionante carrera, le pregunto cómo hace para alcanzar lo que se propone y cómo define el éxito.
Todo es cuestión de fijarte un objetivo. Me considero una persona que trabaja por objetivos a corto plazo. He tenido la fortuna y la dedicación —porque no todo es suerte— para que las cosas sucedan en el corto plazo. De esta forma, después te darás cuenta de que tuviste muchos logros.
A final de cuentas, el éxito es estar feliz contigo misma. Si eso ocurre, estás feliz con las personas que te rodean y las haces felices también. Varias veces me han preguntado si sacrifiqué tener una vida familiar por el desarrollo de mi carrera profesional. Nada de eso. Cuando sabes lo que quieres, no sacrificas nada, y cuando te esfuerzas y lo alcanzas encuentras el éxito. Los sueños, con dedicación, pueden cumplirse.
Lo mejor es el balance
Definitivamente, no toda en la vida es trabajo, y el éxito también se observa en otros ámbitos. ¿Cómo empatas lo personal con lo profesional?
El balance de vida es fundamental. Yo la considero en tres partes fundamentales: la familia es una, la profesión es otra, y tú como ser humano es la tercera. Debemos darnos tiempo para la salud, para hacer ejercicio y leer. No podemos encerrar todo en un sólo ambiente. Como el cuerpo está compuesto por diferentes elementos, también la vida profesional debe tener varios elementos para lograr un equilibrio.
¿Los valores son importantes en tu labor cotidiana? ¿Qué papel juegan?
He tenido la fortuna de estar siempre en instituciones con valores importantes, pero yo creo que HSBC México tiene grandes valores.
Una empresa que tiene valores, más los que has heredado de tu familia, más los que adquieres en tus casas de estudio —como, por ejemplo, los que adquirí en la Universidad Intercontinental—, hacen de ti una mejor persona.
Siempre hay que fijarse en los valores para determinar qué tipo de persona se es. Lamentablemente vivimos en una sociedad deteriorada y de muchas ambiciones, en la que pueden perderse muchos valores. Los de algunos chicos son las marcas o las cosas que poseen. Pero afortunadamente estamos cambiando. En los millennials y los centennials, ciertos valores están muy marcados; por ejemplo, están muy preocupados por el medio ambiente.
Las nuevas generaciones nos están mostrando a las generaciones X y a los baby boomers nuevamente muchos valores que han estado perdidos por un consumismo exagerado.
La pasión de la comunicación
Conversamos sobre el mundo cambiante y las características de los buenos profesionales. Al respecto, menciono la palabra “interculturalidad”, porque sé que es un concepto clave para la labor de Lyssette.
Hoy en día el mundo es muy abierto. Vivimos una era completamente distinta: ya no hay barreras ni fronteras. Lo interculturalidad es fundamental, Trabajo en una institución ciento por ciento intercultural y convivo con gente de Sudamérica, Asia, Centroamérica, Europa. Esa diversidad hace una mejor organización y una mejor sociedad.
El principal consejo que doy a los chicos es que viajen mucho, estudien en otros países, conozcan otras ideas, para tomar lo mejor de cada experiencia y así lograr una mejor sociedad.
La plática toma muchos derroteros. Sin embargo, hay una constante: la pasión que Lyssette Bravo tiene por la comunicación. Para ella, transmitir su experiencia a las nuevas generaciones resulta parte de su labor. Llega el momento de despedirnos. Y finalmente le pregunto cuál es el mensaje que daría a los chicos que se inician en el mundo de la comunicación:
Que sigan sus instintos. Que la comunicación es muy amplia, y una de los trabajos más apasionantes que existen es moldear mensajes e ideas. Al final, es eso lo que se transmite a las personas y a la sociedad a través de diversos medios.
Les diría que vivan con pasión cada momento de su carrera. Ser estudiante universitario es una etapa increíble, porque ahí comienzas a diseñar realmente lo que será el resto de tu vida.