La caligrafía japonesa o shodo halla su más alta expresión en el kakemono (掛け物). Este pergamino japonés es un arte cuyo origen se remonta a la China medieval.
La oración y el kakemono
El kakemono llegó a Japón durante la era Heian (794-1185 d. C.), la más pacífica en su historia clásica. Fueron los monjes budistas quienes lo introdujeron al país del Sol Naciente. En él plasmaron, con tinta china y sobre papel de algodón, breves oraciones destinadas al altar principal de sus templos.
Elemento ornamental
En su uso laico, suelen adornar espacios como el salón de té, salones de práctica de meditación o de artes marciales. Estos pergaminos de bella caligrafía pueden tener, en lugar de oraciones, fragmentos poéticos o conceptos clave.
El espíritu y la caligrafía
La caligrafía en Japón es esencial, por lo que los niños la practican durante toda su educación primaria. Se trata de un entrenamiento físico y espiritual, pues se cree que puede ser un camino de meditación. Incluso algunos documentos importantes se redactan sólo con el pincel de un destacado maestro calígrafo.
Sin lugar a dudas, el kakemono representa una de las bellas artes más populares en el país nipón.
Para saber más
Estudia japonés en Dirección Académica de Lenguas Extranjeras y Multiculturalidad, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/lenguas-extranjeras/
Conoce la Historia de la UIC, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/nosotros/historia/
Visita el Museo MG; se ubica entre el Auditorio Fray Bartolomé de las Casas y el Seminario de Misiones, Universidad Intercontinental.
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