En Cartas a quien pretende enseñar, un bello texto escrito por el pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire (2010), es posible situar una serie de pasajes relacionados a su noción de lenguaje en cuanto estructura del vínculo enseñar-aprender.
Tómese de ilustración lo que Freire propone en Lectura del mundo, lectura de la palabra. En esta carta, plantea que el acontecimiento del lenguaje abre un lugar para la inscripción de actos creativos constitutivos de la subjetividad durante los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Lo interesante de dicho argumento, sin embargo, se encuentra en los campos de problematización que elige para pensar el tema del lenguaje: la ontología y la comprensión. Por un lado, “el acto de enseñar exige la existencia de quien enseña y de quien aprende” (Freire, 2010:45); por otro, el acto de “leer es comprometerse con una experiencia creativa alrededor de la comprensión” (Freire, 2010:48).
Según Freire, ser hablante existe refiriéndose tanto al paisaje de las cosas, como al desentrañamiento de las palabras. En ambos casos, empero, no hay existencia sin que ésta pase por algún proceso de significación; es decir, de comprensión.
La existencia humana según Freire
Ontológicamente hablando, entonces, el “acto de enseñar-aprender” exige la existencia de quien enseña y de quien aprende a condición de localizar los “modos de desocultamiento” del ser de la comprensión.
En ese entendido, considera que la existencia humana se pone en movimiento desde que hay un ser que produce signos o, mejor dicho, cultura. Estos modos de desocultamiento son los caminos de la curiosidad que llevan a la elaboración de una lectura del mundo y una lectura de la palabra.
Al llevar dicho “acto” al campo de la educación, Freire articula mundo y escuela con el propósito de romper con aquello que llama “burócrata de la mente” (Freire, 2010:46), oponiéndose, de esta manera, al discurso del administrador de conocimiento.
Pero a Freire le interesa retomar el problema de la comprensión no sólo para pensar un lazo democrático por medio de la palabra y de su escucha en un salón de clases, sino para otorgarle otro estatuto al saber, un saber que ya no se presenta como garantía inamovible, incuestionable en su enunciación, como si el saber tuviese la posibilidad de revelar el secreto del ser de cada estudiante.
Y es que, si el saber se sostiene de ideales sin interrogar, se produce un tipo de subjetividad que ya no se pregunta ni por su mundo ni por su palabra. Es como si la o el docente estuviera capturado en promesas epistemológicas que asume como enunciaciones asertivas, mientras que las y los estudiantes creen en la palabra de su profesora o profesor.
Por el contrario, el propósito de Freire está en soltar aquellos ideales que se tienen del saber porque cancelan los lugares de la creatividad. Para él, es necesario retomar el problema del lenguaje en correlación con el campo de la cultura y lo que se constituye subjetivamente mediante la dialéctica enseñar-aprender.
Sólo así, el comprender podrá hacer circular signos de otro modo; pero, sobre todo, hilvanar la existencia —tanto de las y los estudiantes, como de las y los docentes— bajo la invención de otro saber hacer con el mundo y la palabra.
En síntesis, el acto freiriano del ser de la comprensión está en una lectura del mundo y la palabra que “niega la “formación” del obediente, del adaptado, con la que sueña el autoritario.” (Freire, 2010:108)
Para saber más
Licenciatura en Comunicación Digital, Universidad Intercontinental.
Licenciatura en Mercadotecnia, Universidad Intercontinental.
Especialidad Publicidad en Medios Interactivos, Universidad Intercontinental.
Ana Gabriela Vázquez Carpizo, “La comunicación retórica”, Universidad
Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/la-comunicacion-retorica-una-persuasion-responsable/
Rosaisela León, “Repensando la comunicación no verbal con el uso del cubrebocas”. Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/repensando-la-comunicacion-no-verbal-con-el-uso-de-cubrebocas/
Freire, Paulo (2010) Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI, México.