La educación vive un cambio permanente; al igual que las sociedades, se transforma a partir de los contextos del estudiante y del docente.
En dicha transformación se pasa del viejo papel educativo de “transmitir información” al nuevo de “enseñar a los estudiantes a enseñarse a sí mismos” (Bergmann y Sams, 2014: 6).
Respecto de la educación, la hiperconectividad en los entornos digitales ofrece al estudiante diversas maneras para aprender, desarrollando así la curiosidad y motivación a partir de la interactividad.
Dicha hiperconectividad también empuja al docente a buscar otras formas de asumirse en el proceso de enseñanza. El aula invertida es una de ellas.
La educación en el aula invertida o flipped classroom
En la educación, el aula invertida es una estrategia didáctica que está bajo el paraguas de la modalidad semipresencial o presencial con actividades remotas, conocidas como tareas.
Su enfoque se centra en el estudiante y sus necesidades de aprendizaje, el cual propone gestionar el tiempo y el espacio de tal manera que el aprendizaje al exterior del aula se lleve a cabo con una serie de materiales creados por el docente.
De esa manera, se aprovecha el tiempo de clase con dudas, preguntas, interacciones y experimentación, trabajando entre pares o con docente y estudiantes.
El papel del docente y del estudiante en el aula invertida
El estudiante es fundamental en la estrategia del aula invertida, pues tiene el control de su aprendizaje (autogestión de conocimiento).
Es él responsable de revisar los materiales didácticos y de formular sus dudas, inquietudes o intereses para después realizar una actividad formativa-evaluativa del aprendizaje.
En este tipo de educación, el docente toma un rol de guía, asesor o acompañante que apoya al estudiante en la construcción del conocimiento, teniendo una interacción más cercana y visualizando los avances o dificultades según la temática abordada.
Favorece la diversidad en el aula
Según las teorías de las inteligencias múltiples y las teorías sobre los estilos de aprendizaje, las personas aprenden de diversas maneras.
En ese sentido, el aula invertida busca que, para su educación, los estudiantes adapten el material a su propio ritmo de estudio, aprendiendo en un sistema asincrónico que no pierda el objetivo de dominar los contenidos.
Los estudiantes, al tener el control, desarrollan técnicas y estrategias para la toma de decisiones sobre sus prioridades y el manejo del tiempo.
Ellos reproducen los materiales, ponen pausa o repiten a fin de lograr una mejor comprensión, favoreciendo la construcción del conocimiento de otra manera o en caso de que tengan problemas de aprendizaje.
El aula invertida en tiempos de COVID-19
La educación se vio afectada con la aparición de la pandemia por COVID-19, trasladando la educación de una modalidad presencial a una a distancia, virtual y/o remota con poca especialización en plataformas y medios digitales.
“De pronto, lo que no se había hecho en veinte o treinta años a nivel educativo, había que hacerlo en contadas semanas para garantizar una continuidad educativa, sin una comunidad educativa en la que ni estudiantes ni docentes estaban preparados para encarar” (Cravino, Rango, Roldán y Ruggiero, 2020: 3).
Las estrategias en la educación durante la pandemia
La pandemia aceleró la introducción de estrategias, como el aula invertida, a fin de que los docentes impartieran sus clases por medio de plataformas en línea (Zoom, Google Meet, Teams o Skype).
Así, los estudiantes desarrollan más habilidades tecnológicas por medio de sus dispositivos electrónicos.
Se trata de una gran estrategia, pues cuando comenzaron las clases en línea, los docentes se conectaban, daban su clase y dejaban tarea en el portal.
Lo anterior no motivaba ni despertaba el interés del estudiante por aprender, aunado a la poca o nula interacción que los llevaba a problemas para comprender un tema.
La educación como generadora de curiosidad
El aula invertida revoluciona la educación con formas activas para generar interés, motivación y curiosidad en el estudiante a los nuevos temas del curso, donde las tareas son videos o recursos elaborados por el docente.
Durante la clase se resuelvan dudas, inquietudes o se compartan opiniones y se cierra con una actividad evaluativa a fin de saber si comprendieron el tema y llegaron al objetivo.
Además, es una alternativa pedagógica interesante y enriquecedora que se adapta a diversos contextos y favorece el aprendizaje para estudiantes con ciertas características o situaciones específicas que requieran de otra modalidad.
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Para saber más
Doctorado en Educación, Universidad Intercontinental.
Maestría en Innovación Educativa, Universidad Intercontinental.
Maestría en Intervención Educativa, Universidad Intercontinental.
Estimulación y Educación Temprana, Universidad Intercontinental.
Diplomado en Inclusión educativa: estrategias para facilitadores, Universidad Intercontinental.
Diplomado en Neuroeducación: aplicaciones prácticas, Universidad Intercontinental.
Diplomado en Evaluación Psicopedagógica en las Dificultades en el Aprendizaje (EPDA), Universidad Intercontinental.
Diplomado en línea: Tendencias para la Gestión del Talento. Universidad Intercontinental.
Diplomado en línea: Estrategias para la selección de Talento. Universidad Intercontinental.