La dependencia excesiva de la sociedad de sistemas mecánicos para mantener espacios interiores confortables, nos ha llevado a un consumo descontrolado de fuentes de energía no renovables; esto a pesar de que la tecnología se ha vuelto más eficiente.
Estrategias verdes
Durante las últimas décadas y debido a la crisis energética (principalmente del petróleo) que trajo consigo el “boom” de sostenibilidad y “estrategias verdes”, se han establecido objetivos medioambientales a nivel global hacia las siguientes décadas (Objetivos de Desarrollo del Milenio, Objetivos de Desarrollo Sostenible: Agenda 2030), en un esfuerzo por disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de recursos no renovables y sobre todo por lograr un futuro más sostenible. En el sector inmobiliario, desde hace más de 10 años se ha incrementado significativamente la demanda de edificios más eficientes, no sólo por los beneficios ambientales, sino también por los económicos.
Sus objetivos
Con el objetivo de desarrollar espacios habitables más eficientes, el diseño pasivo, los edificios de bajo consumo energético o de alto desempeño, así como la arquitectura sostenible, se han optado como las principales acciones a implementar en el entorno construido. Estas estrategias cuentan con objetivos en común; entre ellos, maximizar el uso de energía renovable con el fin de alcanzar las necesidades térmicas y energéticas de los habitantes, reducir el uso de energía convencional y mejorar el confort y la salud al interior de las edificaciones, sin comprometer el desarrollo socioeconómico, ni los patrones de vida de los ocupantes.
Ventajas de estas estrategias
Algunas de las estrategias implementadas como parte del diseño arquitectónico con el objetivo de incrementar el confort térmico y el desempeño energético al interior, comprenden consideraciones en cuanto a la capacidad térmica de los materiales, el uso de aislamiento térmico o de materiales con cambio de fase, un control sobre las ganancias solares indirectas o el uso de fachadas ventiladas, entre otras estrategias.
Las azoteas verdes en el diseño bioclimático
El uso de azoteas verdes se encuentra dentro de estas acciones, las cuales fueron desarrolladas como una estrategia contemporánea de diseño pasivo al inicio del siglo XX en Alemania. Al principio, tenían una taza de desarrollo de 13.5 millones de metros cuadrados al año y ha continuado creciendo significativamente en los últimos años. Adicionalmente, y desde 1982, desarrollaron la primera guía técnica de diseño y construcción de azoteas verdes.
¿En qué consiste?
Las azoteas verdes consisten en una estructura multicapa, compuesta de cuatro elementos principalmente, una capa impermeable protectora o antirraíces, una membrana filtrante, el sustrato y finalmente en la capa superior, la vegetación.
Tipos de azoteas
Se dividen en dos tipos dependiendo del espesor del sustrato y del tipo de vegetación que pueden soportar: intensivas y extensivas.
- Las extensivas son las más utilizadas, principalmente debido al bajo costo de instalación y mantenimiento. Este tipo de techos se configuran a partir de una capa de sedimento delgada que permite el crecimiento de vegetación de baja altura, generalmente suculentas o cubresuelos. Son ligeros, por lo que pueden instalarse en prácticamente cualquier tipo de cubierta.
- Las intensivas, por otro lado, cuentan con una capa de sustrato más gruesa que puede soportar plantas con raíces más profundas como arbustos y árboles y requieren de una estructura reforzada para soportar todos los componentes de la cubierta verde.
Las azoteas verdes, un impacto sustentable
Este tipo de azoteas son un sistema complejo y dinámico que obtiene sus beneficios térmicos y energéticos de las capas superiores (sustrato y vegetación). Es a partir de esta estructura dinámica que la azotea verde impacta benéficamente, tanto cualitativa como cuantitativamente en el entorno construido.
Los numerosos impactos de la urbanización masiva han llevado a los sectores de arquitectura, el urbanismo, el paisaje y la planeación a encontrar alternativas para aliviar las consecuencias, como la falta de espacios abiertos, el incremento en la temperatura de las urbes (efecto isla de calor) y las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente CO2. La envolvente de los edificios se ha convertido en la nueva alternativa de diseño de paisaje natural en este creciente paisaje urbano para desarrollar una relación entre la forma urbana y el medio ambiente.
Las azoteas verdes, una estrategia de antaño
El uso de azoteas verdes como una estrategia estética, ambiental o térmica tiene antecedentes históricos; existen registros milenarios de jardines elevados en Mesopotamia o jardines colgantes en Babilonia y en países escandinavos como Islandia, el uso de techos vegetados con césped es parte de la arquitectura vernácula. Otro ejemplo de esto se puede encontrar en Lucca en la Toscana italiana, donde se encuentra la Torre Guinigi, un edificio medieval del siglo XIV, que cuenta con un jardín de árboles de roble en el último nivel.
Para saber más:
Licenciatura en Arquitectura, Universidad Intercontinental.
BRECSU, 1997. Planning for Passive Solar Design. Bournemouth: Energy Efficiency. Department of the Environment, Transport and the Regions.
Hastings, R.S. & Wall, M., 2009. Sustainable Solar Housing. Volume 1 – Strategies and Solutions. London.
Oberndorfer, E. et al., 2007. Green roofs as urban ecosystems: Ecological structures, functions, and services. BioScience, 57(10), pp.823- 33.
Ralegaonkar, R.V. & Gupta, R., 2010. Review of intelligent building construction: A passive solar architecture approach. Renewable and Sustainable Energy Reviews, 14, pp.2238-42.
Yurek, S., 2013. Green Roof Technology. Form and function. Recuperado de: http://www.greenrooftechnology.com/green-roof-blog/the- oldest-existing-green-roof-in-the-world