Es menester apuntar que los cambios climáticos se han sucedido de forma natural desde el origen mismo de la existencia del planeta Tierra (cambios en los parámetros orbitales, variaciones de la radiación solar, vulcanismo intenso, impactos de meteoritos).
Sin embargo, hoy en día, las alteraciones al proceso natural del clima terrestre tienen que ver, fundamentalmente, con la acción humana.
El cambio climático es “antropogénico” (de origen humano) y producto, ni más ni menos, que de la intensificación del efecto invernadero provocado por las emisiones industriales procedentes de la quema de combustibles fósiles.
El desarrollo tecnológico de la humanidad durante los últimos 200 años ha traído enormes beneficios; sin embargo, tal progreso ha generado “daños colaterales” debido a las emisiones tóxicas, los desechos industriales y una multiplicidad de acciones por parte del hombre que, paradójicamente, han deteriorado paulatinamente su hábitat único y natural.
Las consecuencias tienen repercusiones a nivel mundial, aunque también en cada uno de los poco más de 7 mil 500 millones de seres humanos que habitamos este planeta, incidiendo directamente en su salud.
Las causas las conocemos de sobra: al apuntar al progreso, descuidamos la salud humana y al planeta.
Cabe destacar que a los poderosos intereses económicos mundiales les incumbe poco el futuro de la humanidad; por ello, ciertos líderes mundiales con gran influencia política, económica y social legitiman dicho proceso, argumentando que el cambio climático es natural y no tiene nada que ver la acción humana. Bueno, la ciencia y la realidad los contradicen y refutan.
No cuidar la Tierra —la única que tenemos— habla muy poco de la inteligencia humana. Ya lo apuntó Stephen Hawking en su obra Breves respuestas a las grandes preguntas al abordar el tema de la vida inteligente en el Universo: “Incluiré en ella a la inteligencia humana, a pesar de que gran parte de su comportamiento a lo largo de la historia ha sido bastante estúpido y poco calculado para ayudar a la supervivencia de la especie”.
¿El cambio climático actual será consecuencia de lo apuntado por Hawking? El futuro inmediato nos lo dirá; mientras, todos y cada uno de nosotros tenemos la posibilidad —y el deber— de ir atenuando o erradicando esta amenaza planetaria.
Para saber más
Mayela Limones, Hablemos de responsabilidad social, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/hablemos-de-responsabilidad-social/
Eva González, Tú puedes cambiar al mundo, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/tu-puedes-cambiar-al-mundo/
Licenciaturas, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/licenciaturas/
Posgrados, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/posgrados/
Coordinación de Vida Universitaria, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/formacion-integral/vida-universitaria/
Karemm Danel, Súmate al reto y participa en la Hora del Planeta, Universidad Intercontinental. Disponible en https://www.uic.mx/sumate-al-reto-y-participa-en-la-hora-del-planeta/