Hoy en día el diseño gráfico tiene más peso en la vida real, ya que está en todas partes. Por ejemplo, cuando sales a la calle y te encuentras con cualquier tipo de información, es gracias al diseño gráfico que la captas. Sin embargo, hay información que no se percibe fácilmente y eso también es parte del diseño gráfico.
¿Qué sucede en la vida real?
Seguramente, te has sentido confundido con algún trámite administrativo cuyo proceso es complicado y frustrante. Tal vez, has tenido que recular el camino por una carretera, porque no viste oportunamente la salida. Es posible que hayas tenido que esforzarte por entender la estructura de alguna publicación. Incluso, puede ser que no hayas encontrado fácilmente la información que una empresa genera.
Si esto te ha pasado, no te preocupes; sucede a menudo en la vida real y tiene una explicación.
Las dificultades en el proceso creativo
Actualmente, tenemos problemas para identificar el valor real del diseño. Entre los motivos que explican esto, citamos los siguientes:
- Nos distraemos en fundamentarlo en beneficios estéticos o en diferenciar un producto o servicio.
- Asignamos al diseño un bajo presupuesto que, al final, requerirá mayor inversión para remediar su deficiente resultado.
- O al revés: invertimos altos recursos en proyectos tecnológicos, organizacionales o publicitarios con precaria solución gráfica. Es decir, no describimos a quien lo emite o a quien lo usa.
El diseño en la práctica diaria
Aunque lo anterior es una forma reduccionista de analizar al diseño, sí nos permite identificarlo como algo cotidiano. El diseño gráfico nos acompaña a todos lados: tanto el que responde a nuestras necesidades, como el que obstaculiza nuestras actividades. Y, para ser precisos, este último no es diseño.
Porque el diseño gráfico es una acción, un proceso organizado, cuyo fin es la persuasión de distintos grupos con realidades específicas. Su objetivo es, asegurar la efectividad de la comunicación a través de los procesos de lectura, comprensión y memorización. Es decir, debe centrarse en el usuario.
La labor del diseñador
El diseñador gráfico posee una conciencia clara sobre los objetos y mensajes que produce y sobre todo lo que ellos causan. Lo anterior debe considerar el contexto social y su relación con la actividad humana.
Las acciones del diseñador, parten del conocimiento de auditorios específicos y lo relacionado a su sistema de creencias. Su intervención se realiza en espacios o contextos públicos.
El diseño gráfico centrado en el usuario
En suma, el diseño gráfico también es un tema político. Sirve para cambiar o mantener acuerdos sociales. En ese sentido, su compromiso racional elemental es tratar de elevar el nivel de vida material y cultural de todos los afectados. Sólo de esta forma pueden crearse condiciones de simetría y postularse los intereses comunitarios.
Para saber más:
Licenciatura en Diseño Gráfico, Universidad Intercontinental.