Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado.
Proverbio africano
Desde el punto de vista teórico, hablar de trabajo colaborativo dentro del ámbito educativo en las instituciones de nivel superior es asumir un modelo de aprendizaje que reposa en la interacción propositiva de quienes participan.
Con esta estrategia se propicia e incentiva en los alumnos la capacidad de construir juntos su conocimiento bajo la orientación del docente, quien, de alguna manera, desdibuja por un momento su papel de autoridad para ser un integrante más y enriquecer la dinámica con su participación.
El trabajo colaborativo, entonces, conduce a reconocer los capacidades y competencias que posee cada uno de los integrantes y lo que cada quién puede aportar para entretejer, de manera consensuada, la solución apropiada y atender con éxito una tarea asignada.
Es decir, cada integrante aporta aquello en lo que tiene mayor dominio, con lo cual aporta a la misión e ilustra a los compañeros de equipo y viceversa.
Características del trabajo colaborativo
De acuerdo con Caldeiro y Vizcarra (Mejoredu 2023: 6), el trabajo colaborativo cuenta con las siguientes características:
“a) las funciones y actividades están integradas y distribuidas armónicamente; b) las responsabilidades son compartidas; c) sus acciones apuntan hacia un objetivo común; d) los integrantes invierten tiempo para aprender a trabajar efectivamente”.
Es en medio de esta atmósfera de cooperación y aportación de información donde todos aprenden de todos, pues se conjugan y complementan los conocimientos de cada persona, generando un andamiaje que conduce a alcanzar una meta en común.
Esto, además de lograr el bien común, deja en cada integrante un nuevo aprendizaje, el cual se vuelve significativo y trascendente.
Mucho más que una interacción
En términos de Maldonado (Revelo-Sánchez et al., 2018: 117), el trabajo colaborativo es “una filosofía de interacción y una forma personal de trabajo, que implica el manejo de aspectos, tales como el respeto a las contribuciones individuales de los miembros del grupo.”
Si bien el termino aparece bajo los principios filosóficos del bien común; se presenta como interacción, comunicación, toma de decisiones y acuerdos, cuyo propósito es alcanzar la meta colectiva formulada desde el inicio.
Por otro lado, los individuos somos distintos y tenemos puntos de vista diferentes sobre los mismos temas, así como maneras peculiares de ver la vida y enfrentar obstáculos. En ello descansa la complejidad de que los integrantes acuerden el desarrollo de un trabajo en conjunto.
Sin embargo, “el trabajo colaborativo posibilita la interacción entre los miembros del equipo y de esta manera poder generar una autonomía e interrelación con los demás, encaminándose de esta manera a una educación en sociedad.” (Quispe et al., 2023: 1433).
En esa tesitura; el trabajo colaborativo trae mejores resultados además de propiciar una mayor convivencia entre docentes y alumnos, ya que todos tienen algo que enseñar a los demás.
El trabajo colaborativo y la planeación
La formación de los educandos en aulas universitarias a cargo de los docentes de asignatura es crucial y requiere de una planeación sistematizada.
Esto, para llevar a cabo la conducción de ejercicios a fin de lograr que los alumnos adquieran la madurez para trabajar de manera colectiva y ser capaces de delegar, asumir y cumplir con éxito con sus responsabilidades.
También es importante evaluar las capacidades de relación e interacción social que se gestan entre los integrantes de un equipo y la labor de concientización que el docente realiza con los grupos donde imparte cátedra.
Esto con la finalidad de que los alumnos tengan presente que el trabajo colaborativo no es algo que se lleva a cabo sólo en la universidad, sino que forma parte de lo que hará en su vida laboral con el propósito de obtener resultados colectivos efectivos.
Una colaboración multicultural
Maldonado (2001: 276) recomienda a los docentes universitarios “emplear el trabajo colaborativo como estrategia de aprendizaje en sus cursos, y así descubrir su potencial educativo, al tiempo que se coadyuva a la formación de los estudiantes, para aceptar la diversidad social con un enfoque multicultural.”
Este recorrido por lo que implica el trabajo colaborativo en la formación universitaria identifica su relevancia como parte formativa de los alumnos y resalta que la disposición y compromiso de los docentes es clave para crear espacios que lo posibiliten.
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Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (2023). Condiciones institucionales y trabajo colaborativo entre docentes. Estudio exploratorio en educación básica y media superior. México: Mejoredu.
Maldonado, M. (2007). El trabajo colaborativo en el aula universitaria Laurus, 13 (23), 263-278, Caracas: Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Quispe, K., León, S., Armando, S. y Yaranga, L. (2023). El trabajo colaborativo en la educación. Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación, 7 (29), 1423-1437.
Revelo-Sánchez et al. (2018) El trabajo colaborativo como estrategia didáctica para la enseñanza/aprendizaje de la programación: una revisión sistemática de literatura. México: TecnoLógicas, 21 (41), 115-134.