No sólo los textos académicos o laborales deben escribirse bien, también los de las redes sociales, porque son un reflejo de la persona. Una buena ortografía muestra si una persona es ordenada y cuidadosa o floja y negligente.
Se ha hablado mucho acerca de la inmediatez que caracteriza a nuestra sociedad actual: cuando las primeras líneas de un texto o las primeras escenas de un programa televisivo no atrapan nuestro interés, en cuestión de segundos pasamos a otra cosa. Eso ocurre porque la velocidad que la era digital ha traído a la comunicación impacta también en la concentración y, por tanto, en la paciencia de las personas.
La pérdida de estas dos cualidades, fundamentales para innumerables actividades humanas —operaciones quirúrgicas, experimentos científicos, investigaciones académicas, pintar un cuadro, componer un poema o preparar un guiso, por ejemplo—, ha modificado también la forma en la que nos comunicamos. Tal como es el caso de levantar la bocina y marcar varios dígitos en lugar de caminar unos cuantos pasos hasta la oficina de al lado para hablar con algún compañero.
Este fenómeno se presenta también en las redes sociales. Recurrimos al WhatsApp para comunicarnos de manera rápida y, por ello, a menudo ignoramos la corrección gramatical.
“De todas maneras se entiende” es el argumento que con frecuencia se presenta en defensa de un texto mal escrito; y tal vez haya razón en eso, pero es seguro que al lector le tomará más tiempo comprenderlo, ante la ignorancia de si recibió una pregunta o una afirmación, debido a la ausencia de signos de interrogación, por mencionar algo.
En realidad, no sólo los textos académicos o laborales deben escribirse bien, sino también los de las redes sociales y ciertas aplicaciones, pues son un reflejo de la persona; porque una buena ortografía evidencia si es ordenada y cuidadosa o floja y negligente.
“Yo sé cómo escribir bien, pero en WhatsApp me salto las reglas para sentirme más relajado”, dijo cierto día un compañero, ante la crítica de sus amigos. El riesgo de esta práctica es que con el tiempo se origine un relajamiento que termine filtrándose a otros escritos. Incluso, surge la duda de si quien envía el mensaje está liberándose de las normas o sencillamente las desconoce.
Los mensajes de WhatsApp son, en general, un mensaje entre dos y, en cierto modo, ofrecen un espacio menos público. Pero Facebook y Twitter tienen un alcance aún mayor, por lo que escribir correctamente se vuelve una necesidad, si es que no queremos pasar vergüenzas, pues esos medios son un escaparate donde nos exhibimos.
No puede ignorarse, además, que ambas redes se han convertido en un medio de trabajo para mucha gente; y ni los clientes ni los empleadores estarían interesados en alguien que dé la apariencia de ser poco inteligente.
Entonces, hay que comenzar a leer más; sobre todo, buenas lecturas para dominar el arte de la correcta escritura. Asimismo, habría que despedirse de esas formas del lenguaje abreviadas que sólo evidencian la pereza del emisor.
Escribir “ntp”, “tqm”, “dtb”, en lugar de “no te preocupes”, “te quiero mucho”, “Dios te bendiga”, resta fuerza y expresividad a los sentimientos que deseamos comunicar.
Uno de los más grandes escritores y oradores de la antigua Roma, Marco Tulio Cicerón, señalaba una interesante relación entre el individuo y su forma de escribir. Sostenía que escribe bien quien vive bien, y vive bien quien piensa bien; concluía que, quien piensa bien, es un buen ser humano.
Es evidente que ese “vivir bien” no se refiere a un estatus económico, pero sí a un nivel que solamente una vida ordenada y cuidada puede proporcionar. La forma de expresarnos refleja el propio control de nuestro espíritu.
¿Cuál es la imagen que proyectas cuando el reflector se dirige a tu forma de escribir?
Para saber más
María Marta García Negroni, Para escribir bien en español. Claves para una corrección de estilo, s.d., Waldhuter, 2016. Disponible en https://es.scribd.com/document/337843363/Maria-Marta-Garcia-Negroni-El-arte-de-escribir-bien-en-espanol-pdf
Carlos Iriarte, “La era de la inmediatez”, Milenio.com, 28 de febrero de 2017, disponible en http://www.milenio.com/firmas/carlos_iriarte/era-inmediatez_18_910888973.html
“La importancia de escribir bien en la era del internet”, Sinjania, (Re)cursos para escritores, 2003. Disponible en https://www.sinjania.com/la-importancia-de-escribir-bien/