Para Alberto Campo Baeza la luz es indispensable ingrediente para diseñar cualquier espacio habitable. Para ello retoma el concepto que Le Corbusier escribió acerca de la arquitectura: “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”, que actualiza y revalora.
Campo Baeza explora diferentes disciplinas para expresar y concretar sus ideas. Como pocos, utiliza el lenguaje escrito para comunicar conceptos y reflexiones que de otra manera no podrían materializarse ni publicarse.
Este arquitecto fue profesor en la escuela de arquitectura de Madrid ETSAM por 30 años. Ha impartido sus conocimientos e ideas en muchas universidades fuera de España como ETH de Zúrich, EPFL de Lausane, Suiza, Bauhaus de Weimar, Universidad de Pensilvania, entre otras.
La actividad que desarrolla de manera magistral consiste en materializar sus ideas en objetos arquitectónicos. Gracias a lo anterior ha creado una “escuela” sin proponérselo. Campo Baeza asegura que los puntos clave de su arquitectura, son:
la sencillez y la esencialidad (pero no el minimalismo); la lógica, la racionalidad. La luz y la gravedad. Utilitas, Firmitas, Venustas. Encontrar en mi trabajo el Sibilus Aurae Tenuis: el murmullo de una brisa ligera
Para intentar abordar su obra de manera crítica, aprovecharé ese listado por él mismo citado a manera de guion o escaleta y al final rematar con una conclusión didáctica.
Sencillez
Ignoro aún si sus primeros proyectos edificados ya tenían ese rasgo estilístico o compositivo. Las obras más emblemáticas sí que lo expresan de manera clara. La sencillez en arquitectura parecería casi una receta o una metodología.
Sin embargo, lograrla no hace más que comprobar el talento compositivo y la claridad de diseño del autor. La definición de sencillez dice que se trata de una cualidad aplicada a las personas y los objetos. Se reconoce por la carencia de ornamentos, ostentación y que no ofrece dificultad.
Si ese objeto es arquitectónico, la sencillez se expresa a través de la simpleza de sus elementos, que los vuelve visualmente poderosos al carecer de elementos complementarios o accesorios.
Los componentes estructurales de una obra son muchas veces componentes espaciales. Esto reduce la cantidad de variables visuales que provocan el entendimiento del proyecto al visitante o usuario sin mayores dificultades. En una de sus casas más emblemáticas La Casa Gaspar, la geometría es el punto de partida, ya que su volumetría general parte de un cuadrado de 18 m por lado que se divide en tres tramos iguales; decidiendo cubrir únicamente el tramo central, lo que genera dos patios laterales. ¡Las fachadas cuentan únicamente con los muros perimetrales y las puertas, más sencillo imposible!
Esencialidad
La idea de esencialidad reside en la naturaleza de las cosas, su razón de ser, lo que permite a un objeto resolver la necesidad para lo que fue creado. La esencia es una cualidad intangible que se manifiesta como la personalidad de un proyecto que le brinda unicidad en comparación con otros objetos del mismo género.
Revisando la esencialidad de la Casa Gaspar, esta se manifiesta a través de la continuidad, un concepto que permite disolver los límites o mejor expresado: unificarlos. El Adentro se funde con el Afuera, el Plano Base con los Planos Verticales; un muro inicia dentro del espacio cubierto y sigue desarrollándose fuera de este, recibiendo la luz de manera tangente, y con ello propiciando que la casa salga o que el patio entre de manera perceptual.
En la siguiente entrega continuaremos revisando la lista de cualidades de la obra de Alberto Campo Baeza, quien por cierto ha participado en eventos organizados por la Universidad Intercontinental de manera remota.