Llevo pocos años en la docencia, así que no tengo tantas anécdotas o experiencias como otros profesores, pero en cuanto a disciplina y pasión, me he percatado de que algunas cosas nunca cambian.
Desde mi tiempo como estudiante en la universidad, me di cuenta de que cada nuevo ciclo se empieza con toda la energía, lleno de ilusiones y expectativas hacia un nuevo desafío.
Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, perdemos parte de esa motivación que teníamos al inicio. ¿Qué hace que lleguemos a la meta? La disciplina.
Cumplir tus expectativas requiere disciplina
Estamos equivocados al pensar que todo lo que hacemos se debe regir por las pasiones y emociones. Esto, desde mi punto de vista, y lo veo más claro ahora como docente de la Licenciatura en Comunicación Digital, ha llevado a muchos jóvenes a desertar de la carrera o a evitar materias que no cumplan con sus expectativas.
El problema es que desde pequeños se nos enseña que todo lo que hacemos debemos hacerlo por gusto o amor, sin embargo, la realidad es muy diferente, pues es posible que encontremos aspectos en las áreas que amamos que no nos gusten y eso está bien, siempre y cuando tengamos disciplina.
La palabra disciplina suele asociarse con personas aburridas o cuadradas, con personas que no salen sin un plan de ataque y que lo siguen al pie de la letra, cuando se trata de todo lo contrario.
Entender y trabajar con disciplina nos hace entender que no tenemos que ser los mejores todo el tiempo, sino ser constantes y aprender de nuestros errores, también es lo que nos hace continuar con nuestros objetivos, aun cuando el camino resulte más complicado de lo que creímos.
Por otro lado, la disciplina nos enseña que no importa la actividad que realicemos, siempre encontraremos aspectos que no nos gusten, pero que, gracias a ella, cumpliremos en tiempo y forma.
El valor de la disciplina
En esta etapa como docente me doy cuenta de que muchas cosas les suceden a mis estudiantes. Ellos me recuerdan mi época universitaria y me hacen reflexionar sobre la temible palabra disciplina. Entonces, me pregunto, ¿cuál es nuestro papel en la formación académica para poder transmitirle al alumnado que la disciplina es un valor que deben adquirir? ¿Cómo transmitirlo sin que se sientan forzados?
Hasta el momento, no tengo una respuesta concreta, únicamente viene a mí la frase “predicar con el ejemplo”, pero no desde una posición de superioridad donde los alumnos sientan que les cortamos las alas o que no los entendemos.
Debemos recordar nuestros tiempos como alumnos universitarios, esos momentos donde queríamos cambiar el mundo sólo con cerrar los ojos, pero ahora desde la experiencia que hemos obtenido con el paso de los años.
Contagiar a los alumnos de pasión y disciplina no es sencillo, así como tampoco lo es la docencia; por ello, es necesario contar con sistemas educativos más funcionales. Tengamos en mente que en nuestras manos está la formación de cientos de personas que construirán el mundo del mañana.
Es importante enseñarles y demostrarles a los jóvenes que, para desarrollar una pasión en el ámbito laboral, siempre se debe de contar con disciplina y se debe amar lo que se hace, aunque no siempre sea una tarea sencilla.
Para saber más
Jesús Cabrera, “El nuevo surrealismo de Brooke Shaden”, Universidad Intercontinental. Disponible en
https://www.uic.mx/el-nuevo-surrealismo-de-brooke-shaden/
Gerardo Gil Ballesteros, “Cine y literatura: una pareja indisoluble”, Universidad Intercontinental. Disponible
en https://www.uic.mx/cine-y-literatura-pareja-indisoluble/
Especialidad en Publicidad y Medios Interactivos, Universidad Intercontinental.
Curso en Comunicación y Redacción Efectiva , Universidad Intercontinental.
Diplomado en Mercadotecnia Digital y Publicidad en Redes Sociales, Universidad
Intercontinental.
Locución y Doblaje, Universidad Intercontinental.
Diplomado en Marketing Deportivo, Universidad Intercontinental.