Educación socioemocional, una parte fundamental
Tradicionalmente, la educación se ha enfocado en los conocimientos, rezagando los aspectos socioemocionales de los estudiantes. Por ello es un error pensar que la educación socioemocional es un concepto abstracto que no forma de los contenidos a aprender. Al pensar en educación socioemocional, debemos considerar la premisa clave enunciada por McClelland: “un cerebro emocionado mejora su capacidad de aprendizaje y potencia el desarrollo de competencias para la vida” (McClelland, 1973).
Un bajo aprendizaje socioemocional tiene mucho que ver con indicadores de disminución en la calidad de vida de los estudiantes y, por consecuencia, en la productividad académica. De esta manera, el desarrollo de aprendizaje socioemocional contribuye al incremento en la satisfacción y autoeficacia (Álvarez, 2019). Por esa razón, es imperante que en todo proceso formativo se trabaje de igual manera la competencia socioemocional y la profesional (Maturana y Guzmán, 2019).
¿A qué se refiere la educación socioemocional?
La educación socioemocional se define como aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que el estudiante podrá integrar cognitivamente, para hacerle frente a sus dificultades emocionales. Esto provee de apoyo en la toma de decisiones en situaciones de amenaza y afianzamiento de la identidad personal. Por medio de la educación socioemocional se puede llegar al desarrollo ético del estudiante. Así, deberá emplear herramientas y estrategias para buscar su bienestar y el de los demás.
La educación socioemocional provee de resiliencia y de tolerancia para poder sortear las dificultades que se vayan presentando en la vida del estudiante durante su formación, en su desarrollo profesional y en toda su vida (Tobón, 2017).
¿Cómo identificarla?
El estudiante debe aprender a identificar sus reacciones y gestionar las respuestas de manera que pueda canalizar adecuadamente el sentimiento negativo que le produce la ansiedad. Se trata de incorporar en los sistemas educativos, todas las estrategias para que los educandos desarrollen competencia en la gestión de sus emociones. Además, por el conocimiento que se tiene sobre neuroplasticidad, es posible constatar que las reacciones pueden ser educables. En consecuencia, es posible asegurar que se puede modificar una emoción negativa para convertirla en una emoción positiva.
Habilidades blandas o soft skills
El alumno puede desarrollar habilidades blandas (soft skills) y aplicarlas para resolver problemas de manera creativa y eficaz. Podrá desarrollar actitudes de flexibilidad, creatividad y una mayor capacidad para gestionar la respuesta más adecuada a situaciones complejas que le demanden atención. La armonía entre pares y las pautas saludables de interacción en los grupos, generan un potencial para el aprendizaje. Según Gardner, la inteligencia intrapersonal e interpersonal determinan estas pautas de interacción. Por lo tanto, se deben programar los contenidos de manera que apoyen en el desarrollo de soft skills o habilidades blandas (Maturana y Guzmán, 2019).
El papel crucial del docente
En esta tarea, la capacitación docente es fundamental, pues se trata de que tanto estudiantes como docentes desarrollen las habilidades que les permitan reaccionar a las problemáticas dentro y fuera del aula. Los docentes deben desarrollar sus propias competencias emocionales, ya que sus actitudes e intervenciones tienen un fuerte peso en la formación de los estudiantes. En el entorno mundial, un factor primordial es el logro de una ciudadanía global, la cual implica el desarrollo de habilidades sociales y aprendizaje socio emocional. El objetivo primordial es la búsqueda del bien común y la sustentabilidad global, fines que pueden alcanzarse con el aprendizaje socioemocial, la empatía y la resiliencia en los estudiantes.
Para saber más
- Alvarez, E. (2019) La competencia emocional: Reto docente en México. Reflexiones a partir de la interacción maestro-alumno en secundaria. Madrid: Editorial Académica Española.
- García, C. B. (2018). Las habilidades socioemocionales, no cognitivas o “blandas”: aproximaciones a su evaluación. Revista Digital Universitaria, 19 (6), 1-17. Recuperado de: http://www.revista.unam.mx/2018v19n6/habilidades-socioemocionales-no-cognitivas-o-blandas-aproximaciones-a-su-evaluacion/
- https://mgiep.unesco.org/global-citizenship
- Maturana, M. G. y Guzmán, CH. F. (2019). Las competencias blandas como complemento de las competencias duras en la formación escolar. Una revisión conceptual necesaria. Revista EURITMIA – Investigación, Ciencia y Pedagogía, No. 1, 2-13. Recuperado de: http://cliic.org/pdf/Revista%20Euritmia,%20Vol.%201%20N%C2%B01.pdf
- Tobón, et. al (2017). Secuencias didácticas. Aprendizaje y evaluación de competencias. México: Pearson.
Licenciatura en Pedagogía e Innovación Educativa, Licenciatura en Innovación Educativa y Gestión del Conocimiento, Educación Continua, Universidad Intercontinental.