Lenguaje arquitectónico es el que utiliza la arquitectura para expresar ideas y conceptos, así como otras profesiones usan sus propios códigos. Se ha perfeccionado desde que fue usado por primera vez [1] y se basa en códigos y símbolos gráficos.
Ya lo decía el arquitecto Le Corbusier: “Prefiero dibujar antes que hablar. Dibujar es más rápido y deja menos espacio a las mentiras.”
Se trata de composiciones iconográficas que mezclan bocetos, planos, detalles y texto como herramienta complementaria. Saber dibujar no es más que saber comunicarse entre colegas, clientes y contratistas.
Lenguaje de validez universal
Este lenguaje gráfico es bastante común; quizá por ello es muy preciso y sus códigos tienen validez universal. Su mensaje puede entenderse con independencia del idioma o la cultura de quien lo recibe.
Posee atributos que estructuran este lenguaje en dos dimensiones como cualquier otro idioma escrito:
- Figura.
- Tamaño.
- Posición.
- Orientación.
Lenguaje arquitectónico bidimensional
Los fundamentos geométricos de este sistema de comunicación gráfica denominado diédrico fue ideado por Gaspard Monge. En 1799, Monge publicó un texto que sentó las bases del lenguaje arquitectónico bidimensional (geometrales): Géométrie Descriptive. [2]
Este sistema permite a un diseñador o dibujante representar cualquier objeto mediante vistas bidimensionales complementarias. Ya era usado anteriormente, pero de manera empírica. Monge le otorgó fundamentos científico-matemáticos que elevaron este lenguaje a su utilización generalizada y universal.
Lenguaje arquitectónico: su enseñanza
La enseñanza de este lenguaje arquitectónico es fundamental. Principalmente, en los primeros semestres de licenciaturas como arquitectura, diseño industrial, urbanismo o arquitectura de paisaje. Porque permitirán al estudiante expresar sus propuestas mediante códigos gráficos que cualquier otro colega o interesado puedan entender.
Sin embargo, esta instrucción deberá impartirse con base en el dibujo a mano. Y con instrumentos tradicionales como la regla T, las escuadras o el compás. Casi de la misma manera que se enseña a escribir haciendo planas de las vocales y sílabas. Esto puede parecer hasta infantil, pero conlleva argumentos cognitivos fundamentados en diferentes trabajos teóricos, algunos de los cuales tocaremos más adelante.
Importancia del dibujo manual
Es elemental reconocer la conexión cerebral que existe entre el ojo, la mano, el lápiz y el papel. Porque permite al delineante dibujar trazos que impliquen una idea en sí misma. En otras palabras, dibujar a mano supera la mera acción mecánica. ¿Por qué? La razón es que es resultado del análisis de tamaño, proporción, relación compositiva entre trazos y especulación formal.
La creatividad se detona a partir de la elaboración de bocetos a veces ilegibles. Sin embargo, el diseñador los considera fundamentales para graficar de inmediato las ideas que yacen en la mente abstracta del autor. De no hacerlo, podrían desvanecerse, modificarse o contaminarse.
Si consideramos que el lenguaje es un modelo de relación entre pensamiento y realidad, el dibujo a mano en arquitectura vincula directamente la mente del diseñador con el papel siendo una habilidad imprescindible en los arquitectos, ya que a través de ella se puede aprender a ver, comprender el carácter espacial de las obras y dar forma a sus ideas. El dibujo en general se encarga de comunicar de una manera simple y universal, supliendo las falencias de la oralidad o la escritura, ya que no para todos tienen igual significado palabras idénticas, aun en una misma área disciplinar, dependiendo de las materias que las usan. [3]
Notas
[1] Hay evidencia de planos grabados en piedra elaborados por sumerios y acadios del oriente medio, con una antigüedad de 5 mil años.
[2] Gaspard Monge, Geometría Descriptiva. Lecciones dictadas a Escuelas Normales, Año 3 de la República, París, Baudouin, imprenta del Instituto Nacional.
[3] Julio Ricardo Cusumano. “La importancia del dibujo a mano en el proceso de aprendizaje de la historia de la arquitectura”, VIII Encuentro de docentes e investigadores en Historia del Diseño, la arquitectura y la ciudad, 443 pp.
Para saber más
Licenciatura en Arquitectura, Universidad Intercontinental.
Miguel Ángel Díaz Méndez, “En búsqueda de un lenguaje arquitectónico en México”, Bitácora UIC.
José Alberto Díaz Jiménez, “Proceso de un proyecto arquitectónico”, Bitácora UIC.
Alejandro Jiménez Martín, “El tamaño sí que importa. Una historia del plano a escala” Artigrama, núm. 31, 2016, pp. 33-65.