Ningufoneo: cómo saber si padeces este mal

Escrito por: Jesús Ayaquica Martínez

Egresado del Doctorado en Psicoanálisis UIC

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Todos hemos practicado y padecido en algún momento el ningufoneo, pero es altamente probable que ni siquiera tengamos idea de lo que significa.

¿Qué es el ningufoneo?

Consiste en menospreciar a quien nos acompaña, por prestar más atención a nuestro teléfono celular o dispositivo electrónico que a la persona que tenemos enfrente.

El término phubbing se forma a partir de phu-, de phone, “teléfono”, y –bbing, de snubbing, “ningunear”. La presencia de este fenómeno en nuestra vida cotidiana obligó a inventar un concepto para describirlo lo mejor posible.

La Fundación del Español Urgente, creada en 2005 —asesorado por la Real Academia de la Lengua Española (RAE)—, que vela por el buen uso del español en los medios de comunicación, propone que phubbing se traduzca como ningufoneo.

Asimismo, sugiere implementar el neologismo ningufoneador, para referirse a quien incurre en la molesta práctica de prestar atención a un dispositivo móvil y desentenderse del entorno, en especial de las personas que lo rodean.

No resultará nada extraño que en poco tiempo veamos el término en el diccionario de la RAE.

Una descortesía elemental

El ningufoneo se ha analizado desde la perspectiva de la etiqueta social y se ha denunciado como un asunto de descortesía elemental al momento de sentarse a la mesa, de la misma forma que se desaprueba el empezar a comer antes de que se haya servido a todos o tomar alimentos del plato de otros comensales.

En este sentido, en Australia y otros países, particularmente en Estados Unidos, se han lanzado campañas frontales, incluso agresivas, para frenar dicha práctica.

Su magnitud

La página stopphubbing.com muestra “estadísticas perturbadoras” sobre esta mala costumbre. Según el sitio, si el ningufoneo fuera una plaga, ya habría causado la muerte de 6 Chinas.

Al respecto, algunos meseros reportan un promedio de 36 casos por noche. 97 por ciento de las “víctimas” de esta epidemia social  declara que sus alimentos saben peor en compañía de un ningufoneador.

Un tanto en broma —o quizá no—, se advierte que 92 por ciento de los ningufoneadores reincidentes se convertirán en políticos. Además, se indica que los más prestigiados asesores de imagen a nivel mundial coinciden en etiquetar el ningufoneo como el fin de la civilización.

Hechos alarmantes

Si pensamos que nuestro país es ajeno a esta práctica, tenemos malas noticias, porque México ocupa el noveno lugar, a nivel mundial, y el primero en Latinoamérica, con más de cuatro millones de “ofensores” detectados.

Más allá de las cuestiones de cortesía, el ningufoneo ha empezado a llamar la atención de los profesionales de la salud mental.

Según las estadísticas, 87 por ciento de los adolescentes prefiere comunicarse mediante un texto que cara a cara. Es un hecho que el ningufoneo no distingue sexo ni clases sociales.

La situación se torna aún más interesante y digna de reflexión:

La mayoría de los ningufoneadores utiliza el teléfono celular en contextos de encuentro para actualizar su perfil en las redes sociales, comprar música, jugar en línea, reírse de chistes; es decir, para actividades poco relevantes y que podrían posponer por algunas horas, para establecer una auténtica convivencia con sus compañeros.

Daños físicos

Ante esta situación, diversos autores han propuesto la creación de una nueva categoría diagnóstica denominada Síndrome del Smartphone.

El síndrome engloba padecimientos físicos y psicológicos que desmejoran la calidad de vida. Entre estos trastornos, podemos señalar los siguientes:

  • Problemas de visión: resulta del impacto de la luz que emiten los dispositivos y que daña las células fotosensibles de la retina.
  • Dolores musculares: son ocasionados por el uso ininterrumpido del aparato durante varias horas en posturas antinaturales; pueden producir efectos perjudiciales permanentes en codos, cuello y en los ligamentos, tendones o nervios de las muñecas.

Daños psicológicos

Desde la perspectiva psicológica, uno de los aspectos más llamativos de este síndrome es la conducta obsesivo-compulsiva que suele acompañar al ningufoneador.

Según diversos estudios, los más ávidos usuarios consultan su celular cada 15 minutos o menos —un estudiante promedio suele hacerlo hasta ocho veces en una hora—, de tal manera que, al finalizar el día, habrán realizado, fácilmente, más de 100 vistas a la pantalla.

Incluso, 63 por ciento de los propietarios de teléfonos inteligentes duerme con ellos y los revisa cada vez que llegan a despertarse en medio de la noche.

Del mismo modo, las encuestas revelan que, con frecuencia, los usuarios experimentan alguno de los signos clásicos de ansiedad, como aumento del ritmo cardíaco, respiración agitada o sudoración, cuando observan que se están quedando sin batería  o no reciben una respuesta inmediata de sus contactos.

Esas sensaciones se acompañan de un temor difuso a que suceda algo malo o a perderse información si no pueden consultar el aparato cuanto antes. Esa situación se agrava y se calma con cada nuevo vistazo a la pantalla.

Una adicción

Otros autores encuentran en este cuadro de síntomas razones suficientes para ubicar el phubbing entre las adicciones no químicas o psicológicas, que incluyen el juego, el sexo o las compras.

Por consiguiente, se trata de una práctica inadecuada de conductas “normales” o incluso saludables, que genera consecuencias negativas por la repetición compulsiva que el sujeto experimenta fuera de su control.

En estados más severos, el problema requiere mayor atención cuando el usuario empieza a descuidar actividades rutinarias —estudios, relaciones sociales o laborales—, sus horas de sueño o el tiempo para comer por atender a su dispositivo.

La situación se vuelve crítica cuando se presenta ansiedad aguda que, según expertos, correspondería al síndrome de abstinencia que los adictos experimentan ante la falta de cualquier sustancia tóxica.

¿Trastorno de personalidad?

Muchos opinan que colocar el ningufoneo a la altura de un trastorno de personalidad o una adicción es ir demasiado lejos, pues es un hecho que nuestro dispositivo tiene numerosas funciones: teléfono, despertador, consola de videojuegos, agenda, lámpara, reproductor de audio y video, lector de libros, calendario, contador de pasos y de calorías, asistente de oficina, localizador de direcciones, sucursal bancaria, correo electrónico, cámara, dispositivo de almacenamiento, entre otros.

Por todo lo anterior, el usuario necesita consultar su dispositivo frecuentemente para asuntos de importancia y no sólo para evadir la realidad.

Compañía real vs. dispositivos

No obstante, todos los días nos topamos con gente absorta en sus teléfonos mientras camina, conduce, ve una película, prepara la comida, toma o da clases, vela a un difunto. Eso refleja que su presencia ha cambiado de manera significativa nuestros vínculos, y no siempre para bien.

Por ejemplo, en  nuestras relaciones más cercanas, la sola presencia del teléfono sobre la mesa puede reducir la cercanía y la calidad de la conversación. Sobre todo, cuando se trata de temas relevantes a nivel emocional.

En un estudio sobre la influencia de las tecnologías en las relaciones de pareja —realizado por McDaniel y Coyne, en 2016—, 70 por ciento de los participantes admitió que los smartphone interferían en su convivencia.

La página stopphubbing.com recomienda poner en práctica una intervención para mostrar hasta qué punto el ningufoneo se ha convertido en un problema que afecta al individuo y que preocupa a su círculo de amistades.

Asimismo, no puede pasarse por alto que hoy en día existen clínicas que ofrecen tratamientos especializados a quienes no  pueden despegarse del celular.

Averigua si padeces el mal

La dependencia a los dispositivos vuelve más patente la sensación de depresión, soledad, estrés y otros estados emocionales que perturban la vida privada, social y laboral de muchos usuarios.

¿Cómo saber si perteneces al grupo de ningufoneadores? No consultes tu dispositivo electrónico para responder; por ahora, las siguientes preguntas pueden servirte:

  • ¿Siempre das una última mirada a tu celular antes de acostarte?
  • ¿Mirar tu teléfono es lo primero que haces cuando te despiertas?
  • Al tener compañía, ¿te has reído de un mensaje que leíste y no has contado la razón?
  • ¿Te has tomado fotos con tus conocidos, pero no se los muestras a tu pareja?

Tal vez pienses que sólo se trata de estar en contacto con los amigos y nada más. Sin embargo, el ningufoneo sí oculta otras cosas, por lo que vale la pena reflexionar.

¿Tú estarías dispuesto a ser el último en sacar el celular y el primero en guardarlo?

Para saber más:

Licenciatura en Psicología, Universidad Intercontinental. Disponible en https://elige.uic.mx/licenciatura-en-psicologia/

Maestría en Filosofía y Crítica de la Cultura, Universidad Intercontinental.  Disponible en https://www.uic.mx/posgrados/cultura-desarrollo-humano/maestria-filosofia-critica-la-cultura/

Stop phubbing. Disponible en http://stopphubbing.com/

Fundación del Español Urgente. Disponible en https://www.fundeu.es/dudas/palabra-clave/ningufonear/

“¿Conoces el síndrome del smartphone?”, Mejor con Salud. Disponible en https://mejorconsalud.com/conoces-sindrome-smartphone/

“¿​Qué es el phubbing y cómo afecta a nuestras relaciones?”, Psicología y Mente. Disponible en https://psicologiaymente.net/social/phubbing

Phubbing: el mal tecnológico que está cambiando nuestras vidas”, El Imparcial.com. Disponible en https://elimparcial.com/EdicionEnLinea/Notas/CienciayTecnologia/14022018/1308758-Phubbing-el-mal-tecnologico-que-esta-cambiando-nuestras-vidas.html

“Cómo el phubbing puede arruinar tu relación de pareja”, Deporte y Vida. Disponible en   https://as.com/deporteyvida/2017/08/08/portada/1502187248_953763.html

“Obsesión total por el celular”, Semana. Disponible en

http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/el-celular-la-obsesion-que-causa/437001-3

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