En el marco del Día Internacional del Libro y conmemorando el 250° aniversario del nacimiento de Jane Austen, hoy miércoles 23 de abril, organizado por la Coordinación de Difusión Cultural y la Dirección Académica de Lenguas Extranjeras y Multiculturalidad, se llevó a cabo un emotivo cine debate que fusionó la pasión por la literatura con el análisis crítico. El evento, celebrado en un ambiente multicultural y académico, reunió a estudiantes de lenguas extranjeras para redescubrir el impacto atemporal de Orgullo y prejuicio, obra cumbre de la autora inglesa.
La jornada dio inicio con palabras de bienvenida por parte de la Dirección Académica de Lenguas Extranjeras y Multiculturalidad, seguidas de la proyección de la aclamada adaptación cinematográfica de 2005, dirigida por Joe Wright. Esta versión, protagonizada por Keira Knightley y Matthew Macfadyen, sirvió como punto de partida para debatir temas esenciales como la desigualdad de género, las estructuras de clase y la búsqueda de autonomía femenina, todos aún vigentes en distintas culturas.
Paralelamente, se habilitaron dos stands temáticos que ofrecieron una experiencia inmersiva al público asistente. En el primero, los participantes pudieron tomarse fotografías con los personajes principales de Orgullo y prejuicio y confeccionar un ramo inspirado en la estética de la época. El segundo stand presentó datos curiosos sobre la vida y obra de Jane Austen, a cargo de Pamela Alvarado, así como la elaboración de separadores de libros dirigidos por Ana María Álvarez. Además, se organizó una dinámica recreativa en la que los participantes podían ganar libros lanzando un objeto a una caja de cartón, fomentando, así, el entusiasmo por la lectura.
Durante la sesión de análisis, se subrayó la vigencia de los temas abordados por Austen, especialmente la crítica social que permea toda su narrativa. Orgullo y prejuicio no solo retrata con agudeza la sociedad inglesa del siglo XIX, sino que denuncia la injusticia de leyes patriarcales que excluían a las mujeres de la herencia y limitaban su papel al ámbito doméstico.
Elizabeth Bennet, personaje principal de la novela, fue objeto de profunda reflexión. Considerada una figura protofeminista, representa la ruptura con los estereotipos femeninos de su tiempo al priorizar el amor propio y la integridad por encima del matrimonio como solución social. Asimismo, se discutió cómo su carácter ha inspirado a generaciones de lectoras en diversas culturas, consolidando a Austen como una voz universal en la defensa de la libertad femenina.
Finalmente, el evento reafirmó la relevancia de Jane Austen no solo como una figura clave de la literatura inglesa, sino como una escritora cuyo legado ha trascendido idiomas, épocas y fronteras. Su obra continúa siendo un espejo donde distintas sociedades pueden reconocerse, cuestionarse y evolucionar.