El proceso de diseño que los arquitectos desarrollaron en la historia de la humanidad ha evolucionado de una manera sorprendente en apenas veinte años, ya que se pasó de diseñar utilizando el intelecto y la experiencia —dibujando en papel con herramientas manuales— a incorporar el uso de programas y plataformas virtuales que ofrece la computadora para el diseño.
El problema en sí no es el uso de la computadora como una herramienta de apoyo para el desarrollo del proceso de diseño; reside en que los programas de diseño utilizan áreas virtuales sin escala y sin vinculación real e inmediata con el contexto urbano, lo cual ha originado que se analice el “proyecto arquitectónico” como un ente aislado y autónomo del resto de su contexto urbano, hecho que resulta preocupante ya que se dejan de lado el análisis de movilidad hacia la ciudad y desde el proyecto arquitectónico lo que se traduce en la saturación vehicular de calles, proyectos inadecuados en áreas usables por el usuario y el impacto térmico y visual que los edificios tienen sobre el clima circundante a su área urbana de influencia.
Como docentes en arquitectura debemos crear conciencia entre los estudiantes de que, antes de poder utilizar la computadora para dibujar, primero debe analizarse utilizando el intelecto, experiencia y la información disponible en papel y herramientas manuales como el lápiz para poder desarrollar todos los elementos que intervienen en el proceso de diseño del proyecto arquitectónico, generando soluciones no sólo adecuadas, sino hasta novedosas a los retos arquitectónicos y urbanos de las ciudades en el siglo XXI.
Autor: Arq. Elaine Ileana Martínez Alemán, docente de la Licenciatura en Arquitectura