En el marco del día del contador que se festeja en nuestro país el día 25 de mayo a partir del año de 1907, fecha en que don Fernando Diez Barroso presentó el primer examen profesional con el que se graduó como contador de comercio, vale la pena hacer una reflexión sobre el presente y futuro de esta profesión.
Sin duda, la contaduría es una de las profesiones que durante los últimos años ha evolucionado a pasos cada vez más intensos y, como consecuencia, el papel del contador dentro de las organizaciones en sus diversas áreas de especialidad se hace más indispensable para su crecimiento y supervivencia.
La profesión contable ha tenido que adaptarse a las recientes transformaciones en el ámbito de los negocios originadas sobre todo por la internacionalización de las empresas, por las nuevas tecnologías disponibles, por los constantes cambios normativos que emiten las autoridades gubernamentales y por la propia tendencia empresarial hacia negocios éticos, responsables y transparentes.
Aquellas actividades que tradicionalmente identificaban el trabajo del contador, como el registro de operaciones en libros o pólizas contables, la elaboración de estados financieros o la presentación de declaraciones, y que implicaban destinar mucho tiempo para ejecutarlas, quedaron en el pasado; actualmente, todo esto se puede hacer de manera ágil y rápida utilizando programas y tecnologías de negocios.
Con esta transformación digital, el contador ahora destina mayor tiempo a elaborar reportes y análisis relacionados con las estrategias de negocios que generan valor y que buscan llevar a las organizaciones a su desarrollo económico.
La sociedad confía en esta profesión como garante de honestidad y transparencia en la generación y uso de la información financiera en defensa del interés público, más allá de los intereses privados.
Ante este escenario, las instituciones de educación superior deberán ser capaces de formar a los futuros contadores, ofreciéndoles las competencias y herramientas necesarias para hacer frente adecuadamente a los retos y nuevas necesidades de la profesión. Su formación deberá incluir como mínimo lo siguiente:
- Conocimientos de tecnologías para su implementación en la generación de informes, el uso de la contabilidad electrónica y los trabajos de auditoría.
- Estrategias de comunicación y negociación para interactuar con los clientes, socios y directivos.
- Visión global para entender la dinámica financiera y de negocios en un entorno internacional.
- Especialización y capacitación continua en las áreas que integran la profesión contable.
- Liderazgo estratégico para asesorar y dirigir organizaciones exitosas y rentables.
- Emprender negocios o despachos de servicios profesionales.
- Fomentar la ética, honestidad y confidencialidad profesional.
En la Universidad Intercontinental, tenemos el compromiso de que nuestro plan de estudios de la Licenciatura en Contaduría y Finanzas permita desarrollar todas las anteriores competencias y habilidades en un ambiente de respeto y apoyo durante toda su trayectoria académica.
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