En 1995, en la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas celebrada en París, se propuso el 23 de abril como Día mundial del libro y del derecho de autor y, a partir de eso, cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias, seleccionan una “capital mundial” para celebrar esta fecha, además de llevar a cabo ferias de libro, citas con autores, intercambios con bibliotecas, entre otras. Este año, la capital elegida fue Atenas, Grecia.
Para conmemorar esta fecha, la Licenciatura en Pedagogía ofrece algunas recomendaciones para acercar a los adolescentes a la lectura, ya que ésta mejora la expresión oral y escrita, incrementa el léxico y fomenta el conocimiento. La lectura forma personas cultas, reflexivas y críticas.
Es bien sabido que en la adolescencia las prioridades y el aprovechamiento del tiempo cambian: se preocupan más por su imagen, por sus amistades y la tecnología consume sus horas libres. Es por eso que se les debe enseñar a valorar y disfrutar la lectura y volver el hábito un placer. Por eso, se le recomienda a los docentes:
- Buscar libros adecuados a la mentalidad del adolescente y que sea de su interés.
- Proponer una serie de libros de diferentes estilos para que adquieran autonomía lectora.
- Evitar la elaboración de fichas.
- Buscar actividades que fomenten su creatividad (representaciones, representación en imágenes, etcétera).
Finalmente, dejamos ocho sugerencias de libros para involucrar a los adolescentes con la lectura:
- El niño con el pijama de rayas. John Boyne
- En un lugar llamado guerra. Jordi Sierra i Fabra
- Desde mi cielo. Alice Sebold
- Una pasión vintage. Isabel Wolff
- El dios de las pequeñas cosas. Arundhati Roy
- El principito. Antonie de Saint-Exupery
- La vuelta al mundo en 80 días. Julio Verne
- El diario de Ana Frank.
La idea original de celebrar el Día mundial del libro surgió el 7 de octubre de 1926 en Cataluña, España. El escritor valenciano Vicente Clavel Andrés propuso que se estableciera para conmemorar aquellas obras que han sido significativas para la humanidad. Así, se comenzó la tradición de regalar una rosa una vez que se concluya una lectura o bien, intercambiar libros entre enamorados. Sin embargo en 1930, el gobierno español cambió la fecha de celebración al 23 de abril ya que en este día, pero en 1616, fallecieron tres autores importantes: Miguel de Cervantes Saavedra (España), autor de Don Quijote de la Mancha; William Shakespeare (Reino Unido), autor de Hamlet, y Gómez Suárez de Figueroa, mejor conocido como Inca-Garcilaso dela Vega (Perú), autor de La Florida del Inca.