Por tercer año consecutivo, decenas de integrantes de la comunidad UIC se unieron a los más de 30 mil jóvenes que, año con año se dan cita en las inmediaciones de Silao, en Guanajuato para, juntos, emprender el ascenso hasta la estatua de Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete durante la XXXVI Peregrinación Nacional Juvenil.
Así, el pasado 23 de febrero, los representantes de nuestra universidad, encabezados por el P. Juan Francisco Torres Ibarra, MG, titular de la dirección de Formación Integral, se unieron a la columna que cubrió los 17 kilómetros existentes entre el punto de inicio hasta el final.
La santa misa fue presidida por el arzobispo de León, monseñor Alfonso Cortés, y en la procesión inicial ingresó en primer término la reliquia de San José Sánchez del Río. En su homilía, monseñor Cortés llamó a los jóvenes a renovar todo lo relacionado con la vida, la familia y la bioética, pero también el ámbito político que es la búsqueda del bien común y los invitó a mejorar lo relativo al progreso, al desarrollo social en el que también incluyó el mundo de la tecnología.
La Peregrinación Nacional Juvenil a Cristo Rey se realiza desde 1986. Como ocurre cada año, miles de jóvenes mexicanos se congregan para vivir un gran encuentro de fe. El monumento tiene una estrecha relación con el testimonio cristiano de numerosos mártires durante la llamada Guerra Cristera de la primera mitad del siglo XX, cuando el gobierno del país introdujo serias limitaciones a la libertad religiosa y los derechos de la Iglesia y desencadenó un movimiento de resistencia fuertemente reprimido por las autoridades. Entre los mártires de esta etapa de la historia mexicana se destacan el adolescente San José Sánchez del Río, quien dio la vida por su fe a los 14 años de edad y el intrépido sacerdote Beato Miguel Agustín Pro. El monumento actual a Cristo Rey fue edificado en 1950 y reemplaza uno más pequeño dinamitado por el gobierno en 1928, durante la persecución religiosa de Plutarco Elías Calles.
Cabe señalar que este año la peregrinación se efectuó en febrero dado que, como es tradición, se lleva a cabo en la última semana de enero y, en esta ocasión, coincidía con la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Panamá.