El padre Ignacio Martínez es Misionero de Guadalupe, quien lleva muchos años viviendo en Japón, y nos comenta que, en la situación actual de confinamiento, el misionero puede seguir estando presente de otro modo: por medio de las redes sociales y estar en contacto con otras personas, lo cual no habría sido posible en circunstancias normales, y que puede vivir su vocación misionera, aunque sea desde su habitación.
Por su parte, el diacono Jorge Luis Montero García, quien lo entrevista, y que es también Misionero de Guadalupe, menciona que el padre Ignacio es como “el rostro social de la Iglesia, en Japón” debido a su labor social. El P. Ignacio Martínez tiene un puesto muy relevante y de mucho impacto social cuya labor consiste en ayudar en el trabajo social de la Iglesia en Japón ya que trabaja en el Departamento de Asuntos Sociales del Episcopado Japonés; esto es, su labor tiene trascendencia en todo el Japón.
Le pregunta el D. Jorge Luis Montero: “¿Cómo podemos vivir esta experiencia de Dios; particularmente, el acompañamiento de Jesús en su pasión y muerte, encerrados en casa y no pudiendo asistir, como es la tradición a los templos y diversas ceremonias religiosas? El P. Ignacio responde que es una situación novedosa, no sólo para el pueblo, sino para el sacerdote. “Este año nos toca vivir la misma experiencia del sufrimiento de Cristo, desde nuestro propio hogar, con las personas con quienes convivimos familiarmente”. “Esta Semana Santa debemos volver al significado de la ‘Iglesia doméstica’”.
“Aparte, se da la situación de que muchas personas están teniendo que vivir esta Semana Santa solas, alejadas de sus seres queridos y esto se une muy bien al sentido cristiano del sufrimiento. El mismo Cristo vivió su pasión solo, al grado de que en la cruz le grita a su Padre: ‘¿Por qué me has abandonado?’. Parece que estamos solos, abandonados, pero ahí está Jesús, en el centro del dolor […]
No olvidar el sufrimiento redentor de Jesús, no hay ningún dolor que no tenga sentido al lado de Cristo […] Cristo está sufriendo junto con la humanidad”.
Pero el padre Montero advierte que de repente nos preguntamos ¿dónde está Dios? y bien comenta el P. Ignacio: “Dios está con nosotros”. El P. Ignacio hace una analogía entre las meditaciones del Vía Crucis del Papa Francisco, preparadas por presos de una cárcel italiana, y nuestra situación “encerrados en nuestros hogares, teniendo que vivir cada quien su propio vía crucis ‘personal’ encerrado por la pandemia. Esta época, que, para muchos, en los países cristianos, era un periodo de vacaciones, de irse a la playa, a divertirse, a descansar, ahora tenemos que estar encerrados, pero esto no nos limita la libertad. La pandemia ha logrado lo que ninguna guerra, ninguna arma mortal, por poderosa que fuera, había podido lograr: paralizar a la humanidad y obligarnos a pensar hacia adentro. Estas meditaciones del viernes santo pueden iluminar al mundo, darle sentido a lo que está sucediendo”.
¿Cómo se ha vivido el cristianismo en Japón?
El P. Ignacio comenta que los cristianos en Japón han tenido que vivir siempre en el sufrimiento, lo que se manifiesta a través de los mártires y presenta un cuadro con el carácter chino que representa el martirio en conmemoración de los 400 años de los mártires del Japón. Nos muestra, también, una pequeña imagen que refleja la imagen femenina de la divinidad budista de la Misericordia y nos explica que los cristianos perseguidos, que no podían tener imágenes religiosas, ni crucifijos, ni rosarios, por temor a las represalias, tenían que conformarse con estas imágenes budistas, a las que les agregaban un detalle aparentemente insignificante, pero que los relacionaba a ellos, con su fe. Lo que hacían es que, a esta imagen de la divinidad budista, le añadían un niño en los brazos, y se convertía para ellos en una imagen de la Virgen María con Jesús en sus brazos. Pero, de este modo, cuando sus casas eran revisadas por los soldados, estos confundían las imágenes con imágenes budistas, y así vivan los cristianos “escondidos” para perseverar en su fe, y vivían su fe en sus casas.
Reflexiona el P. Ignacio Martínez: “Ahora, la Iglesia viene a nosotros. Donde hay un cristiano, ahí está la Iglesia. No dejamos de ser cristianos por no estar yendo a los templos, por no estar participando en la liturgia […] La oportunidad que tenemos es de vivir nuestra fe desde expresiones nuevas”.
El D. Jorge Luis Montero comenta que habrá muchos cristianos que se sientan tentados de salir a la calle, de ir a la Iglesia a acompañar a Jesús en su pasión y su muerte y volarse todas las restricciones, pero “A tiempos extraordinarios, medidas extraordinarias”. “No se preocupen ni piensen que el Señor va a estar solo; el Señor está en sus casas, en ustedes mismos. Cuando esta crisis pase, podremos volver a nuestras prácticas anteriores, por ahora vivamos estos misterios con nuestras familias”, finalizó con la bendición, sobre todo para los doctores, enfermeras, enfermeros, etc., que están en la primera línea de combate a la pandemia.
Si quieres ver la entrevista completa, sigue la liga:
https://www.youtube.com/watch?v=kQqHgCe1WpE&feature=youtu.be