La nutrición es fundamental para la salud y el bienestar de la mujer en todas las etapas de su vida. Mantener una alimentación equilibrada y adoptar hábitos saludables permite prevenir enfermedades como la osteoporosis, la anemia y el sobrepeso.
¿Qué incluye una buena nutrición?
Una alimentación completa debe incluir todos los grupos de alimentos en proporciones adecuadas para dar el aporte necesario de energía y nutrimentos esenciales.
Para lograrlo, es recomendable consumir diario frutas y verduras, ya que nos aportan vitaminas, minerales y fibra. Incluir cereales de grano entero y leguminosas, como arroz integral, frijoles y lentejas, combinándolos para mejorar la calidad de las proteínas.
Asimismo, elegir proteínas de calidad, como pescado, pollo sin piel y carne magra, evitando las carnes procesadas y los embutidos. Reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares añadidos, priorizando el uso de aceites vegetales en pequeñas cantidades.
También, mantener una hidratación adecuada, con un consumo de seis a ocho vasos de agua simple al día. Evitar consumir alimentos ultraprocesados, como refrescos, frituras, pan dulce y productos con alto contenido de sodio y grasas trans.
Protección contra enfermedades
Osteoporosis
Una alimentación saludable en las mujeres previene la osteoporosis, la cual es una enfermedad que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas, por lo que es fundamental prevenirla desde edades tempranas con una alimentación rica en calcio y vitamina D.
Es recomendable, entonces, consumir lácteos bajos en grasa, almendras, charales, brócoli, espinaca y tortillas de maíz.
Recuerda que debes realizar actividad física regular; especialmente, ejercicios de resistencia y fuerza, y que es importante evitar el consumo excesivo de sal, tabaco y alcohol, pues pueden acelerar la pérdida de masa ósea.
Diabetes
Conforme la edad de las mujeres aumenta, también el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.
Para prevenir su desarrollo, debemos llevar una alimentación variada y equilibrada, ajustando las porciones de acuerdo con las necesidades individuales.
El monitoreo del peso y la medición de la circunferencia de cintura son herramientas útiles para evaluar el estado nutricional y detectar posibles riesgos de salud.
Anemia
La anemia por deficiencia de hierro es un problema frecuente en mujeres, sobre todo, en edad fértil, debido a la pérdida de hierro durante la menstruación y el embarazo.
Para prevenirla, debemos consumir alimentos ricos en hierro, como hígado, leguminosas, espinacas y almejas. Es fundamental incluir alimentos ricos en vitamina C, como guayaba, naranja, kiwi y brócoli, para mejorar la absorción del hierro.
También es necesario evitar el consumo excesivo de café y té, ya que pueden interferir en la absorción del hierro. La deficiencia de hierro puede causar fatiga, debilidad y afectar el rendimiento físico y mental.
¡No te olvides del ácido fólico!
En la nutrición de las mujeres el ácido fólico es esencial, ya que participa en la formación de células y el desarrollo del sistema nervioso del feto en caso de embarazo.
Su consumo adecuado previene defectos del tubo neural y contribuye a la salud general. Se recomienda consumir alimentos como garbanzos, frijoles, espinacas, chayote y lentejas.
En mujeres que planean un embarazo, es fundamental la suplementación con ácido fólico antes de la concepción y durante los primeros meses de gestación.
La nutrición de la mujer es un campo amplio y complejo, y sus necesidades individuales pueden variar. Por ello, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud para obtener asesoramiento personalizado.
Pregunta por los programas de becas que ofrecemos aquí y contribuye a la salud de la sociedad.
Para saber más