Supe de streaming hace muchos años. Era 2011, cuando un amigo me instaba a contratar el sistema streaming llamado Spotify. Todavía recuerdo la conversación que tuve con él, que desde hace varios años vive en San Antonio, Texas.
Streaming y apps
Según sus palabras, era sensacional, pues permitía tener toda la música que se deseara de forma inmediata y sin necesidad de comprarla. En aquel momento, me pareció una súper idea y de inmediato me aboqué a buscarla y contratarla —aunque no sabía lo que era una plataforma—.
¡Oh sorpresa! Me di cuenta que todavía no estaba disponible en México y, por lo tanto, me quedé con las ganas. Nadie podría imaginarse que unos años más tarde, nuestra realidad mediática estaría dominada por las plataformas de streaming y las apps.
¿Qué es el streaming?
Detengámonos en el fenómeno de streaming y empecemos por definir qué es. Hace referencia a escuchar música o ver videos sin la necesidad de descargarlos completamente.
Esto se logra mediante fragmentos continuos (streaming, en inglés), enviados mediante internet. Esta nueva característica de no descarga es la que más ha impactado a las nuevas generaciones de usuarios.
Los interesados actuales ya no pretenden comprar ningún elemento físico (discos compactos o de video) para el entretenimiento. Con el desarrollo de los llamados teléfonos inteligentes (smartphones) y las aplicaciones (apps), todo esto se puede tener al alcance de la mano, literalmente.
¿Qué es lo que realmente ha cambiado?
Desde que ocurrió la revolución digital, a finales de los noventa, hemos asistido a un cambio abismal en la forma en la que consumimos la imagen y el sonido.
Esta transformación incluía softwares de audio (ProTools), softwares de imagen (Photoshop), cámaras digitales fotográficas y la aparición del formato de compresión de audio mp3.
Por supuesto, también incluía la llegada de iPod y de las redes sociales (Facebook, por ejemplo). Y la explosión de la internet hacia todos los estratos de comunicación, que incluía los medios convencionales y los nuevos.
El impacto
El uso de las plataformas de video, como Netflix, está haciendo casi obsoleta la contratación de cable (por lo menos, en la población joven) y la disminución paulatina de las ventas de discos compactos o videos de Blu-ray.
Las plataformas de música (Spotify, Apple Music) están logrando, indirectamente, que las ventas de discos compactos sigan en descenso. Por consiguiente, propician que las tiendas de música estén destinadas a desaparecer.
Con todo esto, también hay grandes cambios en la forma en la que nos acercamos a las series, películas, álbumes y canciones. Mencionemos las ahora muy famosas listas de reproducción: a veces ni siquiera las hacemos nosotros, sino los algoritmos de nuestra plataforma.
Lo que viene por delante
Si bien todos estos cambios parecen ser muy vertiginosos y difíciles de asimilar, lo cierto es que algunos nos estamos acostumbrando a ellos. Otros están descubriéndolos, y otros más están naciendo en este contexto tecnológico que seguramente nos traerá nuevas sorpresas.