En el marco del Congreso Internacional de Traducción, Localización e interpretación: Traduic 2018, que organiza la Universidad Intercontinental, se ha editado el libro La profesión del traductor en México. Conoce las claves de la traducción en México.
Muchos ignoran que la traducción es una profesión para la cual no sólo se debe contar con conocimientos lingüísticos de la lengua materna y una segunda lengua, sino desarrollar también una serie de competencias que permitan al traductor servir como auténtico puente entre culturas.
En esta era de globalización, el dinamismo de la vida cotidiana en México sería imposible sin la intervención de traductores e intérpretes, pues ¿cómo podrían establecerse las relaciones comerciales, políticas y culturales entre mexicanos y extranjeros sin esos indispensables intermediarios lingüísticos? Por supuesto, ésta es la visión que de sí mismos tienen los devotos de san Jerónimo, aunque el resto de la sociedad no siempre la comparte.
A la secretaria bilingüe, al técnico que cursó clases de inglés en la adolescencia y, recientemente, al dreamer recién deportado de Estados Unidos les llueven oportunidades para iniciarse en el mundo de la traducción de manera autodidacta, gracias a los encargos recibidos de cualquier individuo que aprovecha su (aparente) conocimiento de aquella segunda lengua.
Sin necesariamente haberlo buscado, esas personas no monolingües acaban traduciendo instructivos, pólizas de seguros, videos de capacitación, entre otros.
Apenas en 2017, la Fundación Italia Morayta realizó el Estudio de encuesta sobre la traducción y la interpretación en México, que arrojó resultados muy ilustrativos sobre la situación de los traductores e intérpretes en nuestro país.
Sobre los traductores autodidactas, el estudio reveló que 21.53% de los más de 1000 profesionales encuestados no ha recibido ningún tipo de capacitación. Del resto, 13.24% cuenta con estudios de licenciatura en traducción y un humilde 6.85% ha realizado estudios de maestría o doctorado en dicha área.
El resto de traductores e intérpretes se ha capacitado por medio de talleres, diplomados y otro tipo de cursos.
La ignorancia por parte del cliente (y muchas veces también del traductor amateur) sobre la necesidad de recurrir a un profesional y la falta de preparación académica de quien se desempeña como traductor son tan sólo dos de los factores que repercuten de manera negativa en nuestra profesión.
¿Qué hacen las instituciones académicas para cambiar tal situación y propiciar cambios positivos en la profesión del traductor en México? Quienes formamos parte de este gremio, sabemos que las opciones de estudios formales y de actualización en nuestro campo es reducida en comparación con la exorbitante demanda de traductores en sectores tan diversos como la industria, el turismo, la cultura, la impartición de la justicia, las finanzas, el entretenimiento y la salud.
No obstante lo anterior, como apuntan varios autores de los artículos que integran este libro, en los últimos años, las mismas instituciones educativas han visto la necesidad de ofrecer más cursos de traducción en planes de estudios ya existentes de letras modernas, enseñanza de idiomas y multiculturalidad. Incluso, han empezado a crear programas enfocados exclusivamente a la traducción. Este esfuerzo reciente busca preparar a los estudiantes para que puedan entrar al mundo laboral y atender las áreas que tanto requiere el trabajo de un traductor profesional.
Los textos que conforman el libro La profesión del traductor en México, editado bajo el sello de la Universidad Intercontinental, ilustran sobre esta problemática. Desde Baja California hasta Yucatán, pasando por Zacatecas, Jalisco, Guanajuato y la Ciudad de México, varios académicos comparten sus propias inquietudes como docentes de traducción, la trayectoria de sus programas académicos y una visión general del rumbo que la traducción está tomando en sus respectivos estados. Sus aportaciones nos instruyen sobre las especialidades de la traducción de más demanda en distintas partes del país, las diversas organizaciones de traductores que se han formado regionalmente y la oferta educativa actual para la formación de traductores en México.
Anhelo de que este mapa de la profesión del traductor en México sirva como un indicador de la necesidad de crear más programas de traducción a lo largo del país y de formar más asociaciones que coadyuven a la protección y dignificación de la labor de quienes nos afanamos por ser portadores de mensajes entre pueblos y culturas.