Para hablar de la eficiencia energética en edificios es necesario hablar de la energía en la arquitectura. Veamos.
Cuando hablamos de energía en la arquitectura, deberíamos hablar de un reflejo del esfuerzo que ha hecho la humanidad durante toda su historia para adaptarse a su entorno. Se ve al sobrevivir y beneficiarse de él, desde el descubrimiento del fuego para obtener calor, hasta el uso de la energía solar para iluminar un espacio. La relación del ser humano-energía-espacio siempre ha estado presente.
Actualmente, nos enfrentamos con un reto igual de difícil que nuestros antepasados. Si bien ya logramos más comodidades y no nos preocupa tener fuego para cocinar nuestros alimentos, el problema está en frenar un acelerado daño al medio ambiente que, según expertos, resulta irreversible.
¿Cómo ahorrar energía?
Para contestar esto, tenemos que entrar al concepto de eficiencia energética. Un aparato, proceso o instalación es energéticamente eficiente cuando consume una cantidad menor a la media de energía para realizar una actividad sin afectar sus funciones principales.
Para hacer nuestro edificio con eficiencia energética, algunos de estos sistemas son comunes. Por ejemplo, el uso de focos LED o el uso de paneles fotovoltaicos para aprovechar la luz solar. También existen algunos otros que no son tan comunes, pero que sí se ven en etapas de diseño. Estos mismos pueden darnos una muy alta eficiencia energética. Algunos de ellos son:
- Usar una proporción 30-70 en fachadas. 30% muro y 70% cristal en fachadas como mínimo. Reducir la cantidad de ventanas en un edificio puede ayudarnos calmar el calor atrapado en él mismo. Esto baja el consumo de aire acondicionado y, por ende, el consumo energético.
- Buena orientación del edificio. Hay que tener una orientación donde las actividades internas del edificio vayan de la mano con la trayectoria solar. Esto nos puede ayudar a reducir el uso de iluminación en las horas de mayor ocupación.
- No inyectar aire en fachadas. Al diseñar el aire condicionado, evita poner las rejillas de inyección pegadas a la fachada, ya que, al ser la zona más calurosa, será más tardado enfriar el espacio. Mientras más alejes la inyección de aire de la fachada, habrá menor consumo de aire en el edificio y, por lo tanto, tendrás mayor eficiencia energética.
- Utilizar sensores en espacios regularmente ocupados. Ya que perdimos la batalla de pedirle a las personas que apaguen las luces cuando salgan de un espacio, se recomienda colocar sensores de iluminación de presencia en espacios como salas de juntas o sanitarios.
- Techos blancos. Deja de usar el típico impermeabilizante rojo que atrapa el calor. Te recomendamos usar impermeabilizante blanco o con un alto índice de reflectancia solar para evitar generar una isla de calor en el edificio.
- Cargas vampiro. Es común que los ocupantes del edificio dejen conectada la computadora o el cargador del celular en horarios no ocupados. Si se coloca un timer o control para al menos 50% de los contactos normales, se puede tener un gran ahorro energético.